Lecciones que dejó Manuel Belgrano

Lecciones que dejó Manuel Belgrano

Manuel Belgrano: ¿Se destacó sólo por la creación de la bandera?

Cuando nombramos a Manuel Belgrano solemos pensar en la creación de la  bandera como símbolo que nos distingue y da identidad, pero ¿cuál era su pensamiento político y económico? ¿Y su análisis sobre la desigualdad social? Poco conocemos con respecto a esto, la historia oficial, liberal, escrita por las élites económicas de la Argentina y el poder centralizado en Buenos Aires  han querido ocultar lo más destacable de este patriota.

Belgrano hablaba de desigualdad económica y de dos sectores antagónicos de la sociedad, tal como lo expresaba en la Gaceta  del 1 de septiembre de 1813:

"Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas: la una dispone de los frutos de la tierra; la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo en la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo a cambio de lo que les sobra. El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario."

Frente a esta desigualdad de grandes terratenientes por un lado, y de marginados y miseria por  el otro, no dudó en proponer una Reforma Agraria expropiando y  distribuyendo tierras baldías entre los sectores más desposeídos. Así lo manifestaba en 1810 en una publicación del Correo de Comercio:

"Es de necesidad poner los medios para que puedan entrar al orden de la sociedad los que ahora casi se avergüenzan de presentarse a sus conciudadanos por su desnudez y miseria, y esto lo hemos de conseguir si se le dan propiedades (…) que se podría obligar a la venta de los terrenos que no se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían las plantaciones por los propietarios; y mucho más se les debería obligar a los que tienen sus tierras enteramente desocupadas, y están co-linderas con nuestras poblaciones de campaña, cuyos habitadores están rodeados de grandes propietarios".

En cuanto a la lucha por la Independencia, se enfrentó al poder español pero también hizo frente a los opositores internos, a la oligarquía terrateniente. Intentó devolver sus tierras a los Pueblos Originarios:

"A consecuencia de la Proclama que expedí para hacer saber a los Naturales de los Pueblos de las Misiones, que venía a restituirlos a sus derechos de libertad, propiedad y seguridad de que por tantas generaciones han estado privados, sirviendo únicamente para las rapiñas de los que han gobernado, como está de manifiesto hasta la evidencia, no hallándose una sola familia que pueda decir: 'estos son los bienes que he heredado de mis mayores'. Mis palabras no son las del engaño, ni alucinamiento, con que hasta ahora se ha tenido a los desgraciados naturales bajo el yugo de fierro, tratándolos peor que a las bestias de carga, hasta llevarlos al sepulcro entre los horrores de la miseria e infelicidad, que yo mismo estoy palpando con ver su desnudez, sus lívidos aspectos, y los ningunos recursos que les han dejado para subsistir".  (Reglamento para el régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 pueblos de las Misiones)

Belgrano entendía que la economía de un país no podía basarse solo en la explotación agropecuaria sino que era necesario el desarrollo de la industria, de esta manera se podría aspirar a una verdadera independencia, y así lo expresaba a través del Correo de Comercio: "Los frutos de la tierra, sin la industria no tendrán valor", "Ni la agricultura ni el comercio serían, así en ningún caso, suficiente a establecer la felicidad de un pueblo si no entrase a su socorro la oficiosa industria"; y que importar productos cuando los mismos se podían fabricar en el país perjudicaba la economía local: "La importación de mercancías que impide el consumo de las del país, o que perjudican al progreso de sus manufacturas y de su cultivo lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación".  Por otro lado, Belgrano veía al endeudamiento externo como un problema que condicionaba la autonomía: "Los rivales de un pueblo no tienen medio más cierto de arruinar su comercio, que el tomar interés en sus deudas públicas".

Desde una perspectiva política, el futuro de la revolución no parecía prometedor: Bernardino Rivadavia se había hecho con el poder del Triunvirato (el gobierno revolucionario, establecido en Buenos Aires ) expulsando a los representantes provinciales en diciembre de 1811, lo que llevó a profundizar la desunión y el rencor entre las provincias y el centralismo de Rivadavia.

A comienzos de 1812, la revolución independentista se dificultaba cada vez más. Los ejércitos libertadores habían sido derrotados en el Alto Perú y en Paraguay, mientras avanzaba una columna del ejército realista comandada por Pío Tristán cuyo objetivo era tomar Buenos Aires. Belgrano recibió en Yatasto de manos de Pueyrredón, quien aducía no poder continuar al frente por un problema de salud, la desvencijada tropa. Por su parte el general como primera medida canceló el repliegue y contramarchó hacia el norte. Acampó primero en Campo Santo,  Salta, y el 19 de mayo instaló su cuartel general en San Salvador de Jujuy.  Los realistas se acercaban desde el norte, la provincia se convirtió en un "gran campo de batallas", sufrió muchas invasiones realistas y todos los hombres debieron tomar armas para defender sus tierras.  Los jujeños debieron optar por uno u otro bando. Si bien la mayoría optó por la Revolución, en algunas familias los padres eran realistas mientras que los hijos fueron más patriotas: allí es cuando comenzaron las divisiones familiares; en este sentido Belgrano destacó el papel de la juventud  que en su mayoría se identificaba con la revolución.

Ante la avanzada realista los sectores populares de las zonas rurales se organizaron en tropas de gauchos, adquirieron un nuevo protagonismo y tuvieron un papel fundamental en defensa de la causa patriota. Belgrano entendió que la desigualdad de fuerzas con los realistas requería de una estrategia que evite el enfrentamiento por lo que en su Proclama a los pueblos del norte expresó el 29 de julio en el Cuartel general de Jujuy:

Pueblos de la Provincia: desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre vosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres, trayéndonos las armas de chispa, blancas y municiones que tengáis o podáis adquirir, y dando parte a la Justicia de los que las tuvieren y permanecieren indiferentes a vista del riesgo que os amenaza de perder no solo vuestros derechos, sino las propiedades que tenéis.

            Hacendados: apresuraos a sacar vuestros ganados vacunos, caballares, mulares y lanares que haya en vuestras Estancias, y al mismo tiempo vuestros charquis hacia el Tucumán, sin darme lugar a que tome providencias que os sean dolorosas, declarándolos además si no lo hicieseis por traidores a la patria. Labradores: asegurad vuestras cosechas extrayéndolas para dicho punto, en la inteligencia de que no haciéndolo incurriréis en igual desgracia que aquellos.

Comerciantes: no perdáis un momento en enfardelar vuestros efectos y remitirnos e igualmente cuantos hubiere en vuestro poder de ajena pertenencia, pues no ejecutándolo sufriréis las penas que aquellos, y además serán quemados los efectos que se hallaren, sean en poder de quien fuere, y a quien pertenezcan.

            Entended todos, que al que se encontrare fuera de las guardias avanzadas del ejército en todos los puntos en que las hay, o que intente pasar sin mi pasaporte será pasado por las armas inmediatamente, sin forma alguna de proceso. Que igual pena sufrirá aquel que por sus conversaciones o por hechos atentase contra la causa sagrada de la Patria, sea de la clase, estado o condición que fuese. Que los que inspirasen desaliente estén revestidos del carácter que estuviesen serán igualmente pasados por las armas con solo la deposición de dos testigos. Que serán tenidos por traidores a la patria todos los que a mi primera orden no estuvieren prontos a marchar y no lo efectúen con la mayor escrupulosidad, sean de la clase y condición que fuesen.

            No espero que haya uno solo que me dé lugar para poner en ejecución las referidas penas, pues los verdaderos hijos de la patria me prometo que se empeñarán en ayudarme, como amantes de tan digna madre, y los desnaturalizados obedecerán ciegamente y ocultarán sus inicuas intensiones. Más, si así no fuese, sabed que se acabaron las consideraciones de cualquier especie que sean, y que nada será bastante para que deje cumplir cuanto dejo dispuesto.

Comenzó así la retirada del pueblo de San Salvador de Jujuy hacia Tucumán. Belgrano dispuso de forma contundente que la población evacúe  de forma completa la ciudad y sus campos y estableció que lo que no podía ser transportado a lomo de mula, de caballo o de burro, debía ser quemado. Este hecho es conocido como el Éxodo Jujeño que se inició el 23 de agosto de 1812: la imagen de un  pueblo sufrido y resignado, que se trasladaba con lo poco que podía salvar, sin saber exactamente cuál iba a ser su suerte, un renunciamiento incondicional. Es clave tener en cuenta que quienes acompañaron a Belgrano fueron los pobladores más desposeídos, los que tenían todo para perder; otros en cambio huyeron hacia la zona de montaña a la espera de los realistas, inclusive aguardaron al ejército español con alimentos. Aún hoy hay descendientes de "los que no se fueron" que son grandes terratenientes. Ante la retirada, el 3 de setiembre de 1812, el ejército realista decidió avanzar sobre la retaguardia,  Belgrano cambió de posición y atacó a Tristán venciéndolo en la batalla de Las Piedras. El enemigo fue derrotado luego en la batalla de Tucumán, lo que lo obligó a retirarse en definitiva hacia Salta.

Finalmente cabe destacar  su capacidad para vislumbrar y analizar  la desigualdad social, lo que se sintetiza en una frase como esta: "Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para ellos." Como se ve, Manuel Belgrano fue un pensador muy claro, su figura excede ampliamente el rol de abogado y militar que le asignó la historia oficial, logró revertir el desánimo de la tropa y la contrariedad de los pueblos, logró dar continuidad a una  revolución que se extinguía en medio de los errores políticos y de intereses particulares de los dirigentes del poder central. Como vemos, hay aquí muchas lecciones que nos deja para ser aplicadas a la realidad de estos días.

Noviembre 2017

Videos

More Videos
Watch the video

Ecología

More Articles