El Proceso de la Crisis

El Proceso de la Crisis

En su largo desarrollo la crisis económica mundial atravesó períodos de relativa “estabilidad” o “normalidad” y otros de convulsiones económicas bruscas, que afectan lo social y político, y más aún, lo cultural y lo natural (ecológico); lo que repercute hondamente en las condiciones de vida de millones de personas, pueblos y sociedades enteras.

Pero, ¿tiene una explicación este movimiento, es posible conocer su lógica interna?, ¿hacia dónde va ese movimiento?, ¿en que punto o momento estamos de ese derrotero?

Clarín, 18-9-07, pág. 23: “Lecciones del caso inglés”. “Hay algo que el caso inglés pone en evidencia. La crisis que ahora golpea en Londres no nació este año, sino que viene de lejos. Desde inicio de los ´90, las burbujas y turbulencias financieras se han sucedido con ligeras variantes. Como soporte del fenómeno emerge una colosal sobreproducción que ha alimentado a toda la economía planetaria con su secuela de dinero accesible. Pero la expansión no es infinita y esa es la amarga medicina que ahora reciben los clientes británicos. Su caso prueba que los problemas estructurales  del capitalismo mundial ya no se miden sólo por las asimetrías sociales perversas que genera o por la depredación del planeta. La actual crisis indica que el modelo ha acabado por colocar  la soga al cuello también a los que aún cuentan con algún excedente  para ahorrar”.

Como vemos, la crisis se mueve en el tiempo desde los inicios de los ´90 y todavía sigue moviéndose, se mueve en el espacio, fue de los países periféricos a los industrializados, y se desarrolló socialmente, ascendió de los pobres hasta “los que aún cuentan con algún excedente”.

Unos cambios son la base sobre la cual se desarrollan otros cambios, que a su vez provocan como consecuencias nuevos cambios, repercute decisivamente en todos los países, a pesar de sus diferencias. La situación y el punto de partida de cada país es distinto, pero las tendencias que se imponen son las mismas en todos ellos: 1- en lo material: el incesante y acelerado avance tecnológico; 2- en lo social: la incontenible y violenta concentración y centralización del capital.

Cada una de estas tendencias se empuja y acelera a si misma, cuanto más avanza la tecnología hoy, más empuja el avance tecnológico posterior; cuanto más se concentra y centraliza el capital hoy, más obliga a centralizar y concentrar mañana. Y simultáneamente cada tendencia es potenciada por la otra: cuanto más avance tecnológico, más se concentra el capital, y cuanto más se concentra el capital más empuja los avances tecnológicos.

Estas dos tendencias condicionan y obligan a adaptarse a ellas a todos los demás factores de la vida económica, social, política y cultural. En un sentido amplio y abarcador puede decirse que los cambios políticos, sociales, culturales de las últimas décadas son la expresión o manifestación del desarrollo de estas dos tendencias.

 

A) LA TENDENCIA DOMINANTE EN LA PRODUCCIÓN Y LA ECONOMÍA MUNDIAL, Y EL CONDICIONAMIENTO QUE IMPLICA E IMPONE EN EL CUADRO SOCIAL Y POLÍTICO.

 

A 1.- El desarrollo de la producción  crece aceleradamente

Desde siempre crece y se acelera la capacidad productiva. El poder adquisitivo del mercado no crece en la misma medida que la producción. La venta se torna más difícil. Se agudiza la competencia por vender. Hay que abaratar precios, y para eso hay que achicar costos. Incorporar tecnología de punta más productiva es un imperativo. Pero esta nueva tecnología impone aumento de la escala de producción; esta escala desborda no sólo el poder adquisitivo del mercado, sino el límite de la necesidad de consumo: nadie va a poner 10 televisores en una pieza o 20 heladeras en la cocina, va a usar 100 pares de zapatos o 1000 camisas por más plata que tenga. Se requiere no sólo mercados con más poder adquisitivo, sino, además, nuevos mercados o mercados más amplios, la tecnología de punta lo impone. Quien no conquista nuevos mercados no podrá aumentar sus ventas, y en los ciclos siguientes no podrá incorporar nueva tecnología. Y si el competidor puede incorporarla, se pierde frente a él. Si eso se repite se queda fuera de carrera. Las fronteras nacionales son una valla que obstaculiza la ampliación de los mercados, y por lo tanto, la existencia económica efectiva de esas fronteras se convierte en terreno de disputa.

Los intereses de los capitalistas de cada país, y la posición de los gobiernos es contradictoria, quieren que se abran las fronteras de los demás países, a la vez que protegen y amurallan cada vez más la propia frontera, porque: 1.- si necesita más mercado tiene que tratar de evitar que le saquen porciones de su propio mercado interno; 2.- el mercado interno es la base y el punto de apoyo para las exportaciones.

De esta situación contradictoria derivan todas las dificultades, choques, inconsecuencias, etc., para concretar el funcionamiento de los mercados regionales y globales. Los continuos avances y retrocesos de la Unión Europea, el NAFTA, el Mercosur, etc., son su expresión.

 

A 2.- El reflejo de ese desarrollo y sus contradicciones en lo político.

 

Pero, además de su significación económica (sobre todo los intereses de las clases dominantes), las fronteras nacionales tienen significación cultural, en los sentimientos, tradiciones, emociones, etc., populares. Y todo esto pesa en mayor o menor medida en la conducta y el accionar político de grupos, clases y sectores populares, y repercute, a su vez, en lo económico. Por lo cual en la configuración de una situación confluyen, por un lado, la economía y sus exigencias, que establece el marco general y, por otro lado, las relaciones de fuerzas políticas y los agrupamientos políticos y otras expresiones de los intereses de las clases y grupos involucradas. Ambos factores se influencian mutuamente.

Para los capitales mayores, las fronteras nacionales son chalecos de fuerza que limitan y segmentan el mercado, y dan oportunidad a los capitales menores de usar en la competencia armas extraeconómicas, apelando al Estado (impuestos, normas restrictivas, cupos de importación, devaluación de la moneda, etc.), con lo cual condicionan y distorsionan la libre competencia. Contrariamente, para el capital menor la intervención del Estado a su favor, introduce justicia en el ámbito económico.

El desarrollo tecnológico, impone cambios y reestructuraciones ineludibles en la producción y la economía, pero, ¿en beneficio de quien se realiza esa reestructuración?, eso no lo define la tecnología ni la nueva capacidad productiva sino las condiciones sociales y políticas, las relaciones de fuerza entre los intereses involucrados.

 

A 3.- Como  se expresó esa contradicción en Argentina

Así, según por donde se vean amenazados sus intereses en cada período o coyuntura, es para donde se inclina el discurso de los grupos más poderosos de los capitalistas locales:cuando el nivel productivo mundial agudizó la competencia, presionando para eliminar la protección al mercado interno, necesitó liquidar conquistas y derechos obreros, entonces el discurso fue “no perder el tren de la modernización”, “aprovechar las oportunidades que brinda el desarrollo mundial”, “ponerse a tono con los nuevos vientos mundiales”, etc., y así abrieron la economía a los productos y capitales extranjeros, buscando la alianza con el gran capital del primer mundo para derrotar y aplastar a la clase trabajadora argentina. Una vez liquidadas las conquistas y derechos obreros; el desarrollo productivo siguió adelante y alcanzó nuevos niveles imponiendo mayor competencia, y, el gran capital del primer mundo, siguió su avance amenazando ahora los intereses y posiciones del gran capital local; entonces el discurso de este capital local cambia y habla sobre la “defensa de la patria”, “el nacionalismo económico”, “defender lo nuestro”, “a lucha contra la exclusión”, etc., buscando así incorporar, subordinadamente, a los trabajadores y las masas populares en la lucha por defender y proteger los intereses del gran capital local (y del mercado interno donde ellos tienen sus negocios) frente a la voracidad del gran capital extranjero.

 

B) LAS CONDICIONES PREVIAS A LA APERTURA DE LA ECONOMÍA

 

B 1.- el proceso económico y productivo 

 

La capacidad productiva no permitía aún abastecer desde el primer mundo a todos los países de todo tipo de producción y mercaderías. Pero la competencia entre los gigantes de la producción mundial se agudizaba, provocando la aceleración del desarrollo tecnológico, de la productividad del trabajo, de la producción en escalas cada vez mayores, el desarrollo de la información, las comunicaciones, el transporte, de la investigación, la ciencia y los descubrimientos y su aplicación a la producción, etc.

Comparado con ese desarrollo de la capacidad productiva, el poder adquisitivo de los mercados se retrasa en forma permanente y creciente. Además, la escala creciente de la producción supera  las necesidades de consumo de los mercados nacionales. Para los intereses del gran capital mundial (por su desarrollo productivo-tecnológico, y la magnitud de sus capitales) hay también un retraso de la amplitud y dimensiones de los mercados. Acomodar el mercado mundial a los intereses del gran capital internacional requiere la apertura de la economía de todos los países  periféricos, para eliminar de la competencia a los productores locales.

Clarín, 7-5-98, pág.28: “Las empresas pueden fabricar más autos de los que el mundo puede comprar, y para competir se ven obligadas a bajar costos, unificando plataformas, chasis y motores.

Los mercados regionales (Unión Europea, NAFTA, ¿Mercosur?) van en camino de una lenta pero imparable liberalización y sólo podrán sobrevivir las que tengan no sólo costos bajos, sino grandes estructuras de  distribución (lo que genera economías de escala sin inversiones suplementarias.).” 

¡¡Ya no hablan de la apertura y liberalización de la economía de países, sino de los mercados “regionales” (que abarcan varios países)!!, el desarrollo tecnológico, la productividad del trabajo, no tolera ya protecciones ni siquiera de mercados más amplios que los nacionales como son los regionales.

El Economista, 26-2-99, pág. 4:”El problema de fondo, según los analistas de la industria automotriz es que existe una sobrecapacidad productiva. Robert Eaton, de Daimler- Chrysler, estima que pronto la industria a nivel mundial  estará en condiciones de producir 23 millones de autos más de los que están en condiciones de vender. Ya en la exposición de Detroit se hablaba que para los primeros años del próximo milenio habrá sólo seis fabricantes mundiales.”

Y en The New York Times, reproducido por Clarín el 21-2-99, Suplemento Económico, pág. 18: “Entre 1986 y 1996 las inversiones privadas japonesas en Asia agregaron un potencial industrial equivalente a tres Francias.

La cascada de préstamos baratos e inversiones extranjeras dio como resultado un crecimiento enorme de la capacidad para fabricar cualquier cosa, desde acero hasta papel. Ahora el mundo tenía la posibilidad de producir 60 millones de autos por año, aún cuando la demanda no superara los 44 millones.”

Clarín, Suplemento económico, 29-11-98, pág. 10, entrevista a Giovani Battista  Razelli, Director General de Fiat para América Latina: “Hoy en el Mercosur hay 4 grandes terminales y otras 10 que están entrando. No hay lugar para más de 4 grandes. Si alguna montadora entra, otra tiene que salir o todo el mundo pierde dinero. Son las reglas del juego...”

Ese desarrollo impetuoso, imparable e inexorable, implicaba que no se iba a poder mantener a la Argentina(y a muchos otros países) de por vida como una fortaleza cerrada, al contrario, anunciaba que su fin estaba cercano; indicaba que así como el mundo se iba a tener que adaptar al nivel de desarrollo productivo alcanzado, la Argentina y esos otros países tendrían que adaptarse al mundo y no el  mundo a la Argentina.

Las miradas embelesadas y deseosas de millones de personas, sobre todo de las “clases medias” de nuestros países hacia los productos más modernos y de confort que se podían ver en las películas o propagandas del primer mundo, (que resultaba muy caro importar debido a los impuestos aduaneros),  ¿no eran grietas que se abrían en la muralla proteccionista de la producción local?

 

B 2.- Condiciones políticas que exige ese nivel productivo.

 

Alcanzado ese nivel productivo se dispara la sobreproducción de mercaderías, y se plantea el problema: los mercados cerrados protegen producciones de menor escala y retrasada tecnológicamente.

¿Qué consecuencias traería la apertura generalizada de las economías?, desde el punto de vista económico la primer y principal consecuencia es que la industria local, para sobrevivir, tendría que producir a precios internacionales. Para eso es necesario:

  • disponer del capital suficiente para incorporar tecnología de última generación;
  • que al ser mucho más productiva,  exige producir en escala muy amplia, que a su vez exige más inversión de capital en materias primas, etc., y
  • tener mercado para vender tales cantidades, y,
  • tener crédito a tasas de interés internacionales, (pues las tasas de acá y en muchos países subdesarrollados son mucho más altas). Pensar que todas esas limitaciones e imposibilidades podrían superarse apelando a la flexibilidad laboral, la súper explotación del trabajador, el trabajo precario o en negro, fue un cándido espejismo o un patético autoengaño (un egoísmo de clase, tan inevitable como miope), de grandes sectores del empresariado. En un primer momento fue posible suplantar esas dificultades súper explotando la mano de obra, pero con la velocidad actual del desarrollo tecnológico ese recurso fue rápidamente superado. Y encima la súper explotación de los trabajadores achicó brutalmente el mercado interno, punto de apoyo imprescindible e irremplazable de la industria local.

Era evidente que la aplastante mayoría de las pequeñas, medianas y algunas grandes empresas no estarían en condiciones de competir con la mercadería extranjera. La industria local sufriría quebrantos masivos. Y ese era el real objetivo de la apertura económica. En un contexto de sobreproducción, que se hace crónica por la velocidad del desarrollo tecnológico, para los grandes de la producción y las finanzas mundiales no quedaba otra que borrar del mapa mundial a millones de pequeñas, medianas y algunas grandes empresas.

En su esencia económica el problema no es otra cosa que la vieja lucha entre capitalistas, en la que el pez grande se come al chico. Pero acá el pez más grande es el capital extranjero, por lo cual, en su defensa el capital más chico puede darle a su lucha un carácter de defensa de lo nacional, arrastrando así a otros sectores, grupos y clases sociales locales que se verán perjudicados, creándose así condiciones políticas que dificulten y traben los planes del gran capital. Lo mismo sucedió casi simultáneamente en varios países.

De acá se deriva que el capital internacional, para asegurar sus ganancias, tiene que crear condiciones políticas determinadas, ¿cuáles? :

  • eliminar toda posibilidad de que la clase trabajadora y los sectores más humildes puedan encabezar una reacción de envergadura contra el plan.
  • Lograr desorientar a las “clases medias” acerca de los objetivos y consecuencias del plan.
  • lograr la complicidad de los grandes grupos económicos locales, hasta allí socios y compinches del capital extranjero, en el saqueo al pueblo y al país.

 

B 3.- Como se ejecutó todo esto en la Argentina

 

En cuanto a la clase trabajadora, una combinación de los dos tradicionales métodos que el capital empleó siempre, primero, la represión, pero como eso sólo no alcanza, (y por eso no pudieron ejecutar todo el plan durante la dictadura, sólo lo comenzaron, el menemismo lo completo), se hizo necesario la desmoralización en las filas obreras; el peronismo mayoritariamente y la izquierda en mucho menor proporción, eran las dos fuerzas más importantes en la clase obrera; la desmoralización se asienta, por un lado, en el hecho de que quien llevaba adelante ese plan era un gobierno peronista; por otro lado, la caída y desaparición de la Unión Soviética.

Para  las “clases medias”, bastó una  campaña que le prometió el acceso a los deseados beneficios del confort, su “entrada” al primer mundo, (cuando el objetivo real era hacer descender a la mayoría de ella al cuarto y quinto infierno).

Para el socio de toda la vida, la gran burguesía y grupos económicos argentinos, el pago por su complicidad fue hacerlo participar en el negocio del saqueo al país y al pueblo: la participación del gran capital local en la privatización a precios irrisorios de las empresas del Estado, los negocios financieros (endeudarse en dólares en el extranjero aprovechando el 1 a 1), las concesiones y subvenciones estatales, los peajes, etc. Tras cada acto de corrupción de los políticos se esconden negocios corruptos del gran capital por cifras muy, muy superiores.

Antes de la apertura económica y durante varias décadas, la Argentina y muchos otros países tenían barreras arancelarias (impuestos) al ingreso de mercadería extranjera, sobre todo de los países industrializados. Estos aranceles encarecían los precios de las mercaderías extranjeras, protegiendo la industria nacional frente a la competencia de los gigantes de la producción mundial. Esto nos lleva a considerar las relaciones económicas de la Argentina con las empresas del primer mundo o países desarrollados, que era contra quienes iban dirigidos  los aranceles proteccionistas.

En el país operaban centenares de empresas como Ford, Philips, Esso, Shell, Siemens, etc., eran empresas extranjeras, su sede, sus capitales,  y sus dueños eran extranjeros, de los países industrializados, ¿cómo se explica que toleraran esos impuestos sin entrar en conflicto con ellos? Esas grandes empresas no se perjudicaban  porque los aranceles proteccionistas también las protegían a ellas. Traían maquinaria y tecnología que ya era obsoleta  y descartable a nivel de la competencia internacional y con ella producían acá, así se beneficiaban doblemente: 1.-  alargaban la vida útil a esa maquinaria ya inutilizable en la competencia internacional, 2.- por ser maquinaria atrasada utilizaba más mano de obra, rendía más ganancia porque exprimía a un número mayor de obreros. Esto ocurría porque la mercadería producida con tecnología atrasada se vendía en el país, no enfrentaba competencia en el extranjero ya que no se exportaba, y dentro de nuestro país no tenía que competir con mercadería extranjera porque estaba protegida por esos aranceles.

 

C) LA APERTURA DE LA ECONOMIA

 

C 1. lo económico

 

Llegado un punto de ese proceso de desarrollo de la capacidad productiva, se operó el desmoronamiento de la muralla proteccionista. ¿Cuál fue ese punto? La competencia entre los países desarrollados y sus empresas multinacionales elevó más y más la productividad del trabajo, ya la capacidad de producción desbordaba la capacidad de consumo de los mercados. O los países desarrollados y las empresas multinacionales se apoderaban de esos mercados cerrados o la competencia entre ellos destruiría trabajo y capitales en el primer mundo, provocando crisis económicas, sociales y políticas en él. ¿Y todo eso mientras se mantenían cerradas las economías en los países del tercer mundo o periféricos? ¿De manera que iban a estallar crisis en los países del primer mundo y los del tercer mundo seguirían su proceso “normal”, cerrados a la economía mundial? ¿En el choque entre grandes capitales internacionales iban a sucumbir algunos de ellos, mientras seguirían vivos centenares de pequeños y medianos capitales en el tercer mundo?

Mantener países o mercados cerrados y/o protegidos por impuestos, era achicar la dimensión de los mercados, por lo tanto también achicar las ventas, lo que en condiciones de sobreproducción presuponía la muerte anticipada del competidor gigante que fuera derrotado en esa pelea entre gigantes. Y mientras eso sucedía seguirían viviendo muchos pequeños y medianos capitales en ese mercado cerrado. Así terminaba perdiendo el capital más grande y sobrevivía el chico.

Uno a uno, esos mercados cerrados fueron abiertos a la voracidad del gran capital.

El nivel al que llegó el desarrollo productivo, tecnológico y de productividad del trabajo, exigía una reestructuración profunda y a escala mundial de la producción para adaptarla a los intereses del mayor capital mundial. Y la escasez de suficientes lugares de inversión rentable del capital requería que los capitales especulativos tuvieran todo el mundo a su disposición para sus “negocios”.

Las consecuencias económicas generalizadas de la apertura económica fueron similares en todos lados: la desaparición de las fronteras económicas y de  proteccionismo industrial y comercial, el robo y saqueo de los países, la concentración violenta de los capitales que llevó y seguirá llevando a la ruina a miles y miles de pequeños, medianos y cada vez más grandes capitales locales. Las devastadoras consecuencias para los trabajadores y sectores populares, (flexibilización laboral, pérdida de conquistas históricas y derechos establecidos, sostenido crecimiento de la desocupación y de la precariedad laboral, trabajo en negro, etc); las consecuencias para las condiciones sociales y los Estados: desmoronamiento del Estado de Bienestar, enorme endeudamiento estatal hasta en los países del Primer Mundo, etc. Con semejante cuadro se requerían condiciones políticas determinadas  para que todo ello no trajera como resultado un cambio radical en las relaciones de fuerza políticas nacionales e internacionales, porque entonces, para el gran capital financiero internacional, el remedio sería peor que la enfermedad. La “enfermedad”: el exceso de producción (en relación al mercado solvente), la caída de ganancia que eso implica y las crisis consiguientes que provoca.  El “remedio”: borrar de la competencia a miles y miles de pequeños y medianos capitalistas, a través de terminar con el proteccionismo  estatal, “agrandar” los mercados eliminando las fronteras económicas nacionales.

O sea, la apertura de la economía fue la eliminación del pequeño y mediano capital, la pequeña y mediana producción y algunos grandes.

¿Cómo podía la sociedad “digerir” esos cambios sin reaccionar desfavorablemente?. Había que apoyarse en la ‘fantasía’ y ‘delirio de grandeza’ de sus “clases medias”  ¿No eran acaso, los países del Tercer Mundo, sobre todo sus “clases medias” las que deseaban y envidiaban los productos y el confort del Primer Mundo?; ¿acaso esas numerosas clases medias no se hallan cómodas en el capitalismo e incluso no lo defienden?, bien, siendo así, ¿no es la lógica del capitalismo que el pez más grande se coma al chico?, ¿cómo podría funcionar un capitalismo al revés, donde el capital más chico se coma al más grande?, además, dentro de la competencia económica del capitalismo, ¿con qué armas el capital más chico le  va a ganar al capital más grande?.

 

C 2.- Ese proceso en la Argentina

 

En la Argentina se venía de dos hiperinflaciones (una al finalizar el gobierno de Alfonsín, y otra al poco tiempo de asumir Menem), por eso en el primer momento de la apertura económica el movimiento económico causó sensación, ahora el nivel de consumo hacía creer en esa solución. Pero era un espejismo, ese consumo carcomía sus propias bases:

La entrega de las empresas del Estado: el “modelo” menemista deslumbraba a costa de rematar el patrimonio nacional, pero ese patrimonio se acababa;

  • el crédito, ausente antes por la inflación e hiperinflación, reaparece con la “estabilidad” del 1 a 1, cambio ficticio que pagaríamos muy caro;
  • la “racionalización” y despidos de personal en las empresas privatizadas: los fondos para las indemnizaciones fueron créditos del Banco Mundial y el FMI que: por un lado, aumentaban la deuda externa, cuyos intereses terminaron ahogando al país; por otro lado, esos montos indemnizatorios creaban un espejismo de consumo, ya que terminada esa plata  no estaban más los sueldos mensuales,
  • finalmente la ruinosa competencia para la industria nacional que implicó el 1 a 1, sembró el país de desocupados, desapareciendo millones de salarios lo que planchó el mercado interno.

La industria local pequeña, mediana y parte de la grande tenía que competir en su propio mercado interno con los gigantes de la producción mundial y encima en condiciones de un mercado achicado por el crecimiento de la desocupación.

Como si eso fuera poco, esas empresas multinacionales a las que el desarrollo tecnológico alcanzado les exigía  tener el mundo entero como mercado abierto y disponible para colocar su producción, jugaron todo su poder para imponer a todos los países esa apertura económica y exigieron desmantelar las protecciones en todos lo países. Pero como esas mismas multinacionales tenían acá plantas industriales que también se verían perjudicadas por la anulación de las protecciones a la industria, para seguir operando en el país y no cerrar, esas multinacionales reclamaron y obtuvieron del Estado “compensaciones” y “regímenes especiales” durante un largo tiempo para “adaptarse” a los cambios, etc.

Las empresas del Estado fueron primero un negocio para los grupos económicos locales y extranjeros que las compraron a precios irrisorios, luego pasaron casi todas a manos extranjeras y los locales se quedaron con subvenciones estatales, peajes, etc.

 

D).- LA SITUACIÓN POSTERIOR

 

D 1.- La situación de la  economía.

 

Con la apertura económica, el derrumbe de las barreras proteccionistas, la victoria del capitalismo, y la economía de cada país y del mundo puesta al servicio de los negocios del gran capital financiero internacional, durante los primeros años de la década del noventa, parecía que el mundo había encontrado por largo tiempo su estabilidad.

Los nuevos mercados y negocios que trajo la apertura económica suman nuevas ganancias a las que ya rendían los mercados y negocios anteriores, hay que encontrar donde invertir los nuevos capitales que resultan de las ganancias agrandadas, y así van cayendo en la esfera de los negocios capitalistas nuevos ámbitos: salud, educación, deporte, cultura, esparcimiento, etc., y todo eso rinde nuevas ganancias, a las cuales hay que encontrarles también ámbitos de inversión rentable,... cada vez más capitales y cada vez se agotan más los lugares de inversión rentable. Capitales que no encuentran negocios, productivos o de servicios, se desvían a la especulación financiera.

Y al poco tiempo de la apertura de los mercados nacionales, comienza a desbocarse la especulación financiera: ataques especulativos a las monedas nacionales, estafas en las bolsas de comercio y la banca, etc., y con ello comienzan a manifestarse por boca de muchos de los intelectuales, ‘gurús’ económicos del sistema, empresarios y  financistas una nueva exigencia política, no menor, sino mayor que la anterior: ya el derribar las barreras proteccionistas no alcanza, ahora es necesario un gobierno mundial, que como tal dirija el proceso económico mundial. No obstante y por un tiempo esta exigencia se mantiene en el nivel de debate y no pasa de allí. Pero no tarda en ser una exigencia de la realidad, en 1994-95 en México, país ejemplo del Fondo Monetario Internacional (FMI), estalla la crisis, “el tequilazo”, y se propaga con una velocidad y una onda expansiva que hace temblar a un arco muy grande de países y capitales. Hasta que por el temor a que el creciente contagio haga colapsar al sistema financiero mundial, 11 gobiernos del primer mundo y el FMI arman un “paquete”  financiero para sofocar la crisis. El nuevo ciclo de crisis había comenzado.  Con ello se hacía patente la necesidad y la exigencia de un gobierno y un banco central mundial para controlar y regular.

Al año siguiente, 1996, los 11 países y el FMI que pusieron los fondos para sofocar la crisis en México (salvar a los inversores), advierten en varias oportunidades que no habrá más salvatajes, que quien se equivoque al invertir tendrá que aguantarse las consecuencias.

Pero... “el FMI y los países ricos proponen y... la realidad económica, sus estallidos de crisis y sus contradicciones, disponen”. El gran capital advierte en diversos tonos y reuniones del FMI, del G-7 (los países desarrollados: EE.UU., Japón, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Canadá) que no habrá más salvatajes, hasta que en 1997 estalla la crisis en los países del sudeste de Asia (también países ejemplos económicos para el FMI). Y si la onda expansiva de la crisis mejicana fue grande y rápida, ni hablar del temblor, la conmoción y el estremecimiento de la economía mundial ante este nuevo y poderoso estallido. Las cifras que se ven obligados a poner los países desarrollados y el FMI fueron 5, 6, 7 y veces mayores que las que pusieron en México, y así y todo, la conmoción no cesaba. El tembladeral mundial se prolongó por todo el año 1998, y la estela de consecuencias se siente en el mundo entero por varios años más.

Clarín, 15-1-98, pág. 15: “Según Diana Tussie, investigadora de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), y especialista en organismos internacionales. Las crisis pese a que no son diferentes, van en crecimiento, porque son cada vez más países y es cada vez mayor la volatilidad del capital. La crisis de la deuda (externa latinoamericana) afectaba al 4 % del PBI (Producto Bruto Industrial) mundial, ahora está en juego el 25 % del PBI mundial.”

La hemorragia no para allí. La crisis de Rusia hace desmoronar a importantes Fondos de Inversión de EE.UU., poniendo al borde del precipicio nuevamente al sistema financiero mundial; otro tanto ocurre con la crisis brasileña, y en ambos casos el FMI debe armar... “paquetes” de ayuda financiera. A fines del 2001 estalla  Argentina (otro país ejemplo del FMI). No hay ayuda para Argentina, se intenta “encapsular” a la Argentina para que no contagie su crisis, pero cae Uruguay y tiembla Brasil y... el FMI debe socorrer a Brasil por temor al impacto de un desplome brasileño. Entra en crisis Turquía, y otra vez debe socorrer, y en varias oportunidades, el FMI por temor.

Todos estos salvatajes estimulan el aventurerismo de los inversores, quienes saben que, de última y por temor al colapso de todo el sistema, deben ser socorridos y la plata va a aparecer.

Clarín, 1-7-2007, suplemento económico, artículo de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de economía: “Este julio marca el décimo aniversario de la crisis financiera del Este de Asia. En julio de 1997, el baht (peso) tailandés se desplomó. Poco después, el pánico financiero se expandió a Indonesia y Corea, luego a Malasia. En poco más de un año, la crisis financiera asiática se convirtió en una crisis financiera global, con la caída del rublo de Rusia y el real de Brasil.”

Las dos lecciones (de esa crisis) que faltan aprender: 1.- la liberalización de los mercados de capital es peligrosa; 2.- en un mundo altamente integrado existe la necesidad de una institución financiera internacional creíble que diseñe las reglas para mejorar la estabilidad global y promover el crecimiento económico en los países en desarrollo.

En medio de la crisis de 1997, se generó el consenso de que existía la necesidad de un cambio en la arquitectura financiera global; el mundo necesitaba un mejor desempeño a la hora de prevenir las crisis y hacerles frente cuando ocurren. Pero el tesoro de EE.UU. y el FMI se dieron cuenta de que las probables reformas, por más deseables que fueran para el mundo, no eran de su interés.”

Sobre 1.- preguntamos: ¿en el capitalismo, quién, cómo y con que herramienta  le quita la libertad al capital más grande? Esto no es una “lección que falta aprender” sino una ley de acero del capitalismo como sistema: el capital más grande es el que domina.

Sobre 2.- preguntamos, una institución financiera internacional: necesaria ¿para quién?, creíble, ¿para quién?, porque evidentemente tanto los países en desarrollo como los países desarrollados la necesitan pero para fines y objetivos opuestos.  Los países en desarrollo la necesitan para regular la economía mundial, a fin de poder crecer y desarrollarse (según el régimen vigente). Ese desarrollo provocaría que compraran menos mercadería a los países desarrollados. Los países desarrollados la necesitan para regular la economía mundial, a fin de abrir más la economía de los países no desarrollados (liquidando a su favor la competencia con la alta burguesía y los grupos económicos locales de esos países) para que su producción y finanzas amplíen sus lugares de colocación rentables. Lo que condenaría a los países en desarrollo a competir en desventaja y por ende a no desarrollarse. Además es excesiva ya la magnitud de los capitales y la producción de los países del primer mundo, ni entre ellos es posible un acuerdo general sobre un gobierno mundial. Por eso no se pudo instaurar una institución financiera internacional creíble.

En pocos años la velocidad de crecimiento tecnológico y de la productividad del trabajo, y la violencia confiscatoria del proceso de acumulación del capital se tragan y agotan una solución que parecía, se pensaba y se creía duradera y, por ende, se concebía para el  largo plazo: la apertura de la economía y la globalización. Una transiciónmás que se consume en poco tiempo.

 

D 2.- ¿Hacia un gobierno  mundial?

 

A esta altura ya el FMI y el Banco Mundial (BM) como posibles bancos centrales del planeta y su papel como consejeros económicos y auditores de la economía de los países, así como sus recetas económicas, estaban totalmente desprestigiadas, no sólo para los países que habían entrado en crisis, sino para los miles de inversores que habiendo seguido las indicaciones del FMI tomaron riesgos enormes y finalmente, en vez de un negocio, tomaron, en el mejor de los casos, un dolor de cabeza, y eso cuando lograron evitar una pérdida enorme. El FMI y sus recetas quedaron al descubierto como una herramienta para limpiarle el camino de competidores a la banca y la producción yanqui, y no para encaminar satisfactoriamente la economía de países y del mundo. Y junto al FMI y al BM, quedaba al descubierto EE.UU. como el poder y la fuerza que sustentaba a ambas instituciones, y por ende al desprestigio de estas dos instituciones correspondía el aislamiento político de EE.UU.

Comienzan los intentos de imponer los intereses del capital de EE.UU. a través de instituciones cuya fachada legalizaría sus decisiones, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y del Grupo de los 7 (los 7 países más desarrollados); pero las mismas causas que provocan la necesidad acuciante de un gobierno mundial, son las causas que lo imposibilitan.

En efecto, la cantidad y calidad de negocios rentables existentes es escasísima frente a la enorme sobreabundancia de capitales existentes; y otro tanto sucede con la sobreproducción de mercaderías y la capacidad productiva  frente a la escasa amplitud y solvencia de los mercados. Ya no alcanzan los lugares de inversión rentables ni para el capital de los países desarrollados. Esta es la causa de la necesidad de un gobierno mundial para asegurar a los mayores capitales del mundo las condiciones políticas y sociales para la eliminación de competidores. Pero, primero, los mayores capitales del mundo son, por un lado, los más concentrados y poderosos económicamente hablando, pero, por otro lado, son sólo una pequeña fracción de la totalidad de capitales existentes. Segundo, al no haber espacio para todos, la competencia se agudiza al interior de los grandes del capitalismo mundial, por lo cual no puede haber acuerdo entre todos ellos para un gobierno mundial. Y, como un Gobierno mundial sólo sería posible como gobierno del capital más poderoso, es imposible que todos los otros capitales acepten la instauración de un tal gobierno mundial, porque para muchos capitales sería, con seguridad, como firmar su propia sentencia de muerte a manos de tal gobierno.

En una palabra, si la apertura de la economía era la eliminación de la pequeña, mediana y algunos grandes capitales locales, y para lograrlo se incluía como socios y cómplices al gran capital y las oligarquías locales; ahora llegaba la hora de ajustar cuentas y desplazar a esos ex-socios.

Estas condiciones y situación impulsa el nacimiento y consolidación de dos tendencias entre los capitalistas del mundo, incluido los del primer mundo: 1.- la de EE.UU. (el capital mayor, en alianza temporaria con sectores minoritarios del capital de otros países) que necesita imponer sus intereses en todo el mundo, subordinando, excluyendo, y aún liquidando todo competidor.; 2.- el resto del capital mundial, por un lado, 2 a) el capital o fracciones más importantes del capital de países del primer mundo (Alemania, Francia, y hasta últimamente la misma Inglaterra comienza un alejamiento de su alianza con EE.UU.); por otro lado, 2 b) agrupamientos de capitales y gobiernos de países periféricos: Mercosur, resto de América Latina, sudeste de Asia, China, India, y combinaciones y acuerdos diversos entre ellos.

Hoy la competencia enfrenta a los capitales, todos contra todos, eso impide que ninguno tenga la fuerza suficiente para imponerse a todos los demás, y a la misma vez impone y permite que a todos les alcance la fuerza (con alianzas temporarias incluidas) para impedir que uno de ellos se imponga.  

Así fracasan los intentos de EE.UU. para imponer su papel de gobierno mundial camuflándolo a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y de la reunión del Grupo de los 7.  Pasa el tiempo y la situación se sigue tensando sin que se pueda darle una salida. Hasta que finalmente EE.UU. “toma el toro por las astas”.

¡¡Basta de debilidad y vacilaciones!! Imposible convencer a los demás capitales y países de que ellos mismos se pongan la soga al cuello. Ese papel debe asumirlo el verdugo y no la víctima. Para poder hacerlo EE.UU. debe romper el aislamiento internacional en que se encontraba en el 2001: el atentado a las Torres Gemelas fue lo suficientemente espectacular como para, por un lado, patear el tablero de la diplomacia internacional, y por otro lado, montando el espectáculo por la TV mundial se pateaba también el tablero de la opinión pública internacional. Si antes todos se resistían a la imposición estadounidense, ahora, con lo de las Torres Gemelas, ese obstáculo estaba superado: los yanquis “ya no agredían”, sino que “respondían a la agresión sufrida”. EE.UU. fuerza más las cosas para imponer al mundo una nueva “ley”: la “guerra preventiva”.  Según esa ley EE.UU. podía usar la fuerza militar contra cualquier país, pueblo o gobierno que resistiera la política norteamericana.

Pero una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo, ¿podía EE.UU. llevar a cabo esto?, Había que demostrarlo. El ataque a Irak, pasando por encima de la opinión de las Naciones Unidas, desoyendo las opiniones en el Grupo de los 7,  y por si eso no bastaba, poner ese ataque a la vista del mundo entero por las pantallas de TV. El llamado “unilateralismo”, era una forma diplomática de designar al intento de imponer un gobierno mundial.  De hecho se instalaba un poder mundial. De ahora en más quien se atreviese a trabar o no acatar planes u objetivos de EE.UU. podía ver por TV a lo que se arriesgaba.

Listo. Estaba lanzada la operación de instalar por la fuerza y de hecho un gobierno mundial. ¿No era eso la demostración? ... sólo faltaba... ver sus resultados. ¡¡Nada más,  pero nada menos!!

Los antecedentes, las premisas y las condiciones con que fue lanzada la operación no eran muy promisorios, veamos:

  • Una economía que atravesaba (y atraviesa hoy) una larga crisis, con gigantesco endeudamiento, el mayor del mundo, que se acumulaba desde largo tiempo atrás y al que no se le encontraba (y no se le encuentra hoy) salida; con gigantescos déficits de comercio exterior y fiscales, a los que tampoco se le encuentra salida, agravados por los gastos de guerra.
  • Aislamiento político internacional, que se superó,  en parte y por corto tiempo, a un costo enorme: el atentado a las “Torres Gemelas”, lo cual era (y es) indicativo de las enormes dificultades para darle algún grado de fuerza política internacional a los objetivos de EE.UU. Antes de la agresión a Irak la fragilidad política quedó al descubierto, ante la opinión pública mundial, por primera vez se realizaban masivas manifestaciones previas a una guerra y simultáneas a nivel mundial, y aún en el primer mundo, sólo el gobierno Inglés apoyó sin vacilaciones, mientras varios se opusieron activamente, al punto que EE.UU. tuvo que pasar por encima de las Naciones Unidas.
  • Una conciencia popular mundial, que si bien reaccionaba masiva, anticipada y coordinadamente ante la agresión (un avance enorme respecto a cualquier acción anterior), estaba retrasada en información y conocimiento real de la fuerza de EE.UU.: se basaba más en lo que EE.UU. había sido en el pasado que en lo que era realmente en ese momento. Pero el curso de la guerra en Irak y Afganistán, sumado al proceso político y económico mundial, darían la medida de las posibilidades actuales de EE.UU.
  • la conciencia popular en EE.UU. sacudida por la conmoción y turbación momentánea que devino de lo de las Torres Gemelas, sorprendida, reaccionó en lo inmediato con temor y lógico instinto de autodefensa, cosa que fue aprovechada por el gran capital para usar esa inmediata reacción popular en su favor, pero en esto también el tiempo aclararía las cosas, no sólo en los objetivos internacionales de esa política imperial, sino también en la política interior con el deterioro económico, social y de las libertades públicas. Finalmente pasaría lo que ocurrió: perdería el consenso interior.
  • Una serie de fracasos políticos: la derrota del Golpe de Estado contra Chávez en Venezuela. El fracaso reiterado de las amenazas a China para que revalúe su moneda frente al dólar, la muerte del ALCA, los sucesivos reveses en la Organización Mundial de Comercio, etc.

En estas condiciones la operación  se parecía más a un acto de desesperación, que a un frío y medido cálculo de posibilidades, más a un manotazo de ahogado que a una estrategia de largo plazo.

Sería superficial creer que esto se debe a la torpeza del presidente Bush y su equipo de gobierno. Porque ese gobierno fue apoyado por parte importante del gran capital de EE.UU., y además las causas de las crisis económicas y el aislamiento político se arrastran desde varios gobiernos anteriores. Hoy  EE.UU. con esa deuda, y ese nivel de déficits, es candidato a entrar en crisis profunda y quedar expuesto, aunque cueste creerlo, como cualquier hijo de vecino, a sufrir las consecuencias sin poder descargar su crisis en otros, como hizo siempre.

Es evidente que los resultados en Afganistán e Irak, su impotencia frente a la Venezuela de Chávez y a Cuba, la imposibilidad de imponer sus intereses en el comercio con China y en la Organización Mundial de Comercio, la derrota del ALCA y la relación de fuerzas creada en América Latina y el Caribe, la enorme deuda y los imparables déficits, la dependencia de la financiación de China, Japón, con sus billonarias reservas en dólares, el deterioro de la salud, del salario, de las libertades públicas, los enormes niveles de corrupción, en EE.UU. y en todo el mundo desarrollado van lentamente haciendo emerger a la superficie la debilidad del imperialismo, y el rostro real del capitalismo en sus principales exponentes. Todo esto, y mucho más, indica que el gobierno mundial murió antes de nacer.

 

E.- EL NUEVO NIVEL DE LA CRISIS

 

E 1.- Condiciones actuales

 

Ahora, parece que la marcha de las cosas es “normal”, y “el mundo sigue adelante”, pero ¿qué mundo y qué situación sería si EE.UU. solo o acompañado por Inglaterra, hubieran podido imponer un tal gobierno de fuerza en el mundo?, si no pudo, ¿no es evidente que no es el mismo que si lo hubiera logrado?.

Recordemos, aunque sea un par de aspectos:

1.- Como mostraron por TV al mundo entero la enorme fuerza naval y militar a las puertas de Irak ya desde meses antes a la invasión, con sus famosas armas, bombas y cohetes “inteligentes”, para atemorizar y “convencer”, no sólo a Irak, sino al mundo, de lo inútil de resistirse, de su apabullante fuerza y superioridad. Es cierto que han hecho inmenso daño y provocado enorme dolor al pueblo iraquí, pero no pudieron imponer sus planes y objetivos: hoy están derrotados, y si no se van rápido las consecuencias para ellos van a ser más graves cada vez; ¿es que ya no tienen las “armas inteligentes”?, si que las tienen, ¿y?, así y todo no pueden imponerse...

2.- para EE.UU., imponer un gobierno mundial no era un simple deseo sino una necesidad acuciante ante las graves, deudas y déficit económicos. Bien, ¿en cuánto estaba el más grave (no el único) de los déficits de EE.UU., el comercial, al invadir Irak?, Clarín, suplemento económico, 23-2- 2003: “La balanza de comercio de bienes y servicios de EE.UU. con el resto del mundo, registró un déficit récord de 435.200 millones de dólares en el 2002, superando en 21,5 % el saldo negativo de 358.300 millones en el 2001, dijo el Departamento de Comercio. El anterior récord eran los 378.000 millones de dólares de déficit en el 2000.”

Clarín, 20-3-2003, pág. 15, del The New York Times: “Consideremos lo siguiente: en EE.UU. necesitamos 400.000 millones de dólares anuales de inversión extranjera para cubrir nuestro déficit comercial o el dólar se derrumbará y nuestro déficit presupuestario será mucho más difícil de financiar”.

El 2005 y 2006 el déficit comercial de EE.UU. con el mundo superó los 700.000 millones de dólares El problema se ha agravado considerablemente. EE.UU. disputa con China por el superávit comercial de algo más de 200.000 millones de dólares por año que China tiene con EE.UU. Bien, si hoy se eliminara todo el déficit de EE.UU. con China, cosa imposible, pero si se pudiera, así y todo los déficit serían más graves que al momento de invadir Irak. Ni hablar del déficit fiscal; Clarín, 21-3-3003, pág. 23: “El proyecto de presupuesto del Presidente Bush para el ejercicio fiscal que comienza el 1 de octubre predice un déficit sin precedentes de 307.000 millones de dólares sin contar los gastos de la guerra”

Decíamos en un artículo y volante del aquel momento: “Sumando el déficit fiscal, el comercial, los intereses y los costos de la guerra, en un solo año EE.UU. agregaría a su enorme deuda casi 1 billón de dólares. En estas condiciones el poder militar de EE.UU. se vuelve vulnerable.”

   Y, ¿qué sucedió?, tal cual, ni más ni menos. Hoy los déficits comercial y fiscal solos, suman mucho más de 1 billón.

3.-  A lo que hay que agregar las consecuencias económicas que trae la comprobación de la impotencia económica y militar, la debilidad política, y el aislamiento diplomático de EE.UU. Se mire por donde se mire las cosas para EE.UU. están hoy mucho más graves.

Pero, ¿por qué centramos en EE.UU.?, porque no hay otro que pueda intentar el unilateralismo, o sea, imponer de hecho y por la fuerza un gobierno mundial. ¿Qué es EE.UU.? La cabeza del sistema capitalista mundial; es el país donde colocan sus excedentes de producción gran parte de los grandes productores mundiales; es la mayor concentración de capital mundial; y, por lejos, el mayor producto bruto interno del mundo. Por lo cual la situación de EE.UU. repercute fuertemente, directa o indirectamente, en todo el mundo.

En cuanto a las finanzas mundiales, se podrían citar muchos análisis similares, veamos Clarín, Suplemento Económico, 24-6-07: “El problema de fondo es que hay un tsunami de capitales en el mundo, y las olas están por todas partes. Martín Wolf, el economista-oráculo del Financial Times, escribió el martes: “Las finanzas han estallado”. Ejemplos:

  • Los activos financieros son hoy el triple del PBI (Producto Bruto Interno) mundial.
  • Los derivados financieros (opciones, futuros, swaps) se multiplicaron por 82 entre 1990 y 2006.
  • Los fondos de inversión (especulativos o no) pasaron de 610 a 9.575 en el mismo período.

Sálvese quien pueda.”

El final de la nota exime de comentarios. Además en el tiempo transcurrido, casi una década, desde las noticias dadas en este artículo sobre capacidad de producción, desarrollo tecnológico, eso no sólo que no se paró, sino que acuciado por una competencia cada vez más aguda tomó mayor impulso. Hoy en el mundo hay sobrecapacidad productiva y sobre acumulación de capitales. La enorme concentración del capital en manos privadas de los más grandes capitales mundiales tiene su contracara no sólo en la altos porcentajes de pobreza mundial sino además en el endeudamiento de los Estados, aún de los del primer mundo y de EE.UU.

 

E 2.- Escenario actual

 

La competencia, mecanismo íntimo de funcionamiento del capitalismo, es el estimulante más poderoso de la concentración y centralización del capital y la riqueza en cada vez menos manos; y, también, una punzante motivación del avance tecnológico.

Ahora ante cada nuevo e importante salto del desarrollo tecnológico y la concentración del capital, nuevos sectores quedan desplazados, y otros amenazados, lo cual va debilitando la base de aliados del gran capital, poniendo en riesgo la primacía de los intereses de ese gran capital. Todo lo cual exige cambios políticos que aseguren la primacía de esos intereses, de los negocios y las ganancia de los capitales más grandes, cambios políticos que aseguren la contención de las clases medias y la explotación de los trabajadores dentro de niveles de contención y orden, o  directamente por la “fuerza bruta” que aseguren continuidad y gobernabilidad al sistema de dominación. Sistema de dominación que siempre combinó dos métodos: la fuerza y el consenso. Varían las dosis de uno y de otro, pero nunca perduró largo tiempo utilizando un solo método, antes o después necesito alternar y combinar diversas dosis de ambos.

Al fracasar EE.UU. en su intento de gobierno mundial o unilateralismo, fracasa la adaptación del esquema de dominación política mundial a los intereses económicos de EE.UU. ¿Qué significa este fracaso?,  que la concentración económica, que es resultado inevitable e inexorable del funcionamiento del capitalismo, no encuentra correlato ni coherencia, sino trabas y obstáculos en las condiciones políticas.

Veamos ambos lados de la controversia:

*Miremos la cosa desde el lado del capital más grande, EE.UU., ¿qué busca? acomodar las cosas mundiales para seguir creciendo y concentrando, para ganar en la competencia, ¿qué de malo tiene esto?, ¿acaso no es lo que hicieron, siempre que pudieron, todos los capitalistas en toda época y en todo lugar?, no es algo nuevo, ni original; el mundo vivió dos guerras mundiales por la aplicación de esa misma norma y deseo. Además, ¿dónde colocan sus enormes excedentes de producción Alemania, Japón, Francia, China, etc.?, en EE.UU., ¿a qué mercado quieren venderle decenas de países? al mercado de EE.UU. Por lo tanto el mercado de EE.UU. es necesario e imprescindible para la producción capitalista del mundo, y para todos los capitalistas que le venden, que quieren seguir siendo capitalistas ellos, y que siga siendo capitalista la sociedad. Por lo tanto hay que lograr que se salve, que sobreviva ese mercado. Y para que sobreviva ese mercado hay que evitar que siga esa carrera loca de endeudamiento creciente, de lo contrario ese mercado se hunde arrastrando a sus acreedores, y a aquellos que le venden sus excedentes de mercaderías, y a través de ellos, indirectamente, arrastra al mundo. Y para no endeudarse más, una de dos: debe comprar mucho menos al resto del mundo, o venderle más de lo que compra. Cualquiera de esas dos opciones requiere complejos y complicados reacomodamientos del comercio, las finanzas y la producción mundial y las ganancias mundiales, que no se pueden lograr negociando, pues hay muchos que van a perder y eso no se puede lograr de otra manera que por la fuerza. Y eso es lo que quiere hacer cuando intenta imponer sus intereses al mundo.

*  Veamos las cosas desde las fuerzas que se oponen a ese gobierno mundial, gran parte de ellas fuerzas capitalistas (del resto del primer mundo como Francia y Alemania, y de las clases oligárquicas y de las altas burguesías locales de países periféricos). La cosa es simple, si EE.UU. implanta un gobierno mundial (el unilateralismo) define de una vez y para siempre el resultado de la competencia, lo que es igual a eliminarla, y sin ella no hay capitalismo, por lo menos no lo hay para todos quienes quedan fuera del dominio mundial.

Dese las vueltas que se quiera, en tanto capitalistas, todos viven un conflicto existencial, contradicción tan vieja como el capitalismo mismo:Quieren el capitalismo sin las consecuencias y resultados que se derivan inexorablemente del mismo: concentración y centralización del capital. Contradicción que llegado al punto actual no encuentra, ni puede encontrar solución dentro del mismo sistema. Y mientras no se resuelva seguirá acumulando presión explosiva y contradicciones cada vez más agudas.

A pesar de su antigüedad, dicha contradicción no permanece estática sino que se desarrolla. Por un lado, la capacidad productiva crece con la tecnología moderna, y cada vez hace falta menos trabajo para producir lo necesario para cubrir las necesidades, o sea, en la producción capitalista se va cerrando el círculo de posibilidades, cada vez caben menos jugadores en la cancha; por otro lado, para seguir en el juego hay que incorporar la última tecnología, más productiva y también cada vez más costosa, que al producir en gran escala procesa grandes cantidades de materias primas y auxiliares, aumentando también en insumos los montos de inversión. Por lo cual es cada vez más grande el monto de capital necesario para seguir en el juego. Ambos aspectos excluyen cada vez a mayor cantidad de capitalistas. Esa perspectiva cierta de su exclusión a corto plazo es lo que ha provocado, ya desde hace tiempo, un reagrupamiento en grandes y numerosas fuerzas del capital mundial en oposición a la política de EE.UU. de unilateralismo y guerra preventiva. Diversos agrupamientos, e inestables acuerdos, entre países de Asia, del mundo árabe, África, Europa y Latinoamérica, que ora acuerdan para cerrarle el paso a esos planes de EE.UU., como ora se cruzan entre ellos en defensa de sus intereses particulares.

Esa imposibilidad de imponer su política, sus intereses, al mundo entero, significa la ruptura del dominio mundial norteamericano. Ante eso no se levanta una nación o varias, capaz de imponer ese dominio, más bien todo lo contrario, lo que vivimos es una atomización del capitalismo mundial, cada uno pujando por un lugar entre los que siguen jugando. Esta atomización del capitalismo es lo opuesto de la enorme y voraz concentración del capital. Concentración y atomización, centralización y desguace, simultáneos.

A nivel mundial, el sistema de dominación no es congruente con el sistema de acumulación. Más allá de las apariencias y percepciones inmediatas que puedan llevarnos a apreciar esta etapa de debilitamiento de las ataduras de la dependencia y opresión norteamericanas, como la llegada de una bocanada de oxígeno, como un mayor espacio de libertad, esto es sólo la apariencia con que se presenta el nuevo momento de la crisis, el más alto desarrollo de las contradicciones internas que desgarran al capitalismo a nivel mundial.

Clarín, 5-4-08, (titulo: “EE.UU.: indefinición electoral bajo el fantasma de la recesión”). “Algunos que viven el presente liderazgo global de EE.UU. como opresión pueden ahora ilusionarse con ver  finalmente los pies de barro del hegemón. Pero seguro que convendría valorar el costo que esta debilidad le impondría al mundo.”

No es sólo el papel imperialista de EE.UU. en el mundo lo que esta en juego sino el capitalismo mismo.  

 

E 3.- Conclusión

 

Trataremos ahora de responder las preguntas formuladas al principio:

1.- ¿es posible conocer la lógica interna del desarrollo de la crisis?

2.- ¿hacia dónde va ese movimiento?

3.- ¿en qué punto o momento estamos de ese derrotero?

 

1.- ¿Cuál es la lógica interna del desarrollo de la crisis?

 

Hemos visto que el movimiento del proceso reconoce una serie de momentos sucesivos:

Tomamos la historia del desarrollo en el momento, previo al ‘90, en que varios países como la Argentina estaban amurallados por una coraza de impuestos (aranceles) proteccionistas. A este momento, que podemos calificar: “desde el proteccionismo a la apertura de la economía”, le siguió otro momento: “de la apertura de la economía a la globalización y mundialización económica”. Tenemos entonces tres momentos, 1. Aranceles proteccionistas, 2. Apertura de la economía y 3. Globalización económica.

En estos tiempos de gran desarrollo tecnológico, de enorme velocidad en los avances científicos, en que diariamente surgen innovaciones y novedades tecnológicas, posibles de ser aprovechadas simultáneamente en diversas y múltiples ramas productivas, (más claro sería aún si en vez de tomar este segmento de tiempo, tomáramos tiempos históricos más prolongados), estos puntos 1, 2, y 3 no podrían de ninguna manera haberse eslabonado de otra forma: ni 3-1-2, ni 3-2-1, ni 1-3-2, ni 2-3-1,  ni 2-1-3. El eslabonamiento 1-2-3, por consiguiente, responde a una lógica propia que, salvo fugaces movimientos coyunturales, no admite ninguna otra variante. El factor que determina y marca el paso de ese ordenamiento lógico es lacapacidad productiva, el desarrollo de la tecnología y de la productividad del trabajo. Por lo tanto, la lógica interna del movimiento de la crisis destaca al avance científico-técnico aplicado al desarrollo productivo, tecnológico y de la productividad del trabajo, como el motor, el punto de arranque de todo el movimiento y el que inevitablemente arrastra a todos los demás. 

 

2.- ¿Hacia donde va ese movimiento?

 

Veamos esto primero en lo económico, luego en lo social y por último en lo político.

A) en lo económico 

Clarín, suplemento económico, 30-9-07, artículo de Paul Samuelson, premio Nobel de economía 1970: “En la segunda mitad de la década del 90, la innovación tecnológica aumentó la productividad del mundo y de los EE.UU. Esto, a su vez, generó una burbuja bursátil en Wall Street”.

El mismo autor en Clarín, 27-1-08,:  “Hoy en día las bancarrotas a nivel mundial y los problemas macroeconómicos conducen directamente a las travesuras de la ingeniería financiera.” 

Pasemos por alto el hecho de que esas “travesuras” no son otra cosa que estafas, fraudes, robos.  Según Samuelson “el crecimiento tecnológico de la segunda mitad de los 90 generó la burbuja en la Bolsa de Valores de Wall Street”. Bien, hoy estamos a 10 años de esa segunda mitad de los 90, Clarín, 22- 9-07, pág. 42: “Reapareció Fidel Castro por la TV cubana”. “Muy pocas personas tienen idea de la velocidad que lleva la ciencia hoy, a un ritmo increíble”, dijo al comenzar la charla.”

La innovación tecnológica, que tiene por base el desarrollo científico, ¿qué nivel de burbuja requiere esa velocidad?. Veamos como fue el proceso anterior:

* Libro “Tiempos inciertos”de George Soros (uno de los mayores financistas y especuladores del mundo actual), pág. 49: “Yo analicé esta secuencia de acontecimientos y muchos otros casos en mi obra The Alchemy of Finance, (La Alquimia de las Finanzas), publicada en 1987. Desde entonces  he presenciado o participado en varias secuencias de expansión-recesión, incluido el colapso del mecanismo de tipo de cambio del Sistema Monetario Europeo en 1992, la crisis de los mercados emergentes de 1997 y la expansión de Internet de finales de la década de 1990, que se convirtió en recesión en el año 2000.

   Creo que actualmente en EE.UU. nos hallamos en medio de una gigantesca burbuja inmobiliaria. Esta ha sido causada por la determinación del Banco de la Reserva Federal de no permitir que un descenso del mercado de valores en 2001 se convirtiera en una desbandada general. Las tasas de interés bajaron al 1 %. Las instituciones hipotecarias alentaron a los titulares de hipotecas a renegociarlas y retirar el exceso de capital pagado. Bajaron sus requisitos crediticios e introdujeron nuevos préstamos promocionales. Todo esto alentó la especulación con la vivienda. Los precios de ésta empezaron a subir en porcentajes de dos dígitos. Ello, a su vez, vino a reforzar la especulación, y el aumento del precio de la vivienda hizo sentirse ricos a sus propietarios, el resultado fue un boom del consumo, que ha sostenido la economía estadounidense en los últimos años. De nuevo se puede atribuir la burbuja a un cortocircuito entre el valor de los activos y el acto de su valoración. Dicho cortocircuito se conoce como “efecto de riquezas”.

* Wall Street Journal, 7-8-07: “Los orígenes de este auge son anteriores a los errores del último año. Hay que trazarlos a los cambios que se introdujeron en el sistema bancario estadounidense tras el colapso de la industria de ahorros y préstamos de los años 80, a la reacción de los gobiernos de todo el mundo ante la crisis asiática de fines de los años 90  y a la respuesta de la Reserva Federal de los EE.UU. al estallido de la burbuja tecnológica que comenzó en los 2000.”

Clarín, 17-2-2008, suplemento “iEco”, artículo de Thomas Palley, Economista, autor de “Post Keynesian económics” ( ex-economista jefe de la US-China Economic and Security Review Commission); título: “Una economía alimentada con burbujas”.

“Un nuevo ciclo económico surgió en los EE.UU. a partir de 1980. El ciclo anterior se basaba en el aumento del salario vinculado con la productividad y el pleno empleo. Los aumentos de la demanda se sostenían en los aumentos de salario y no en el crédito o en los booms financieros. En cambio, el nuevo ciclo se basa en auges financieros e importaciones baratas. De los booms financieros salen las garantías que sostienen el gasto financiado con endeudamiento”.

Por un lado, la política, debe fomentar  burbujas para mantener el crecimiento  de la economía. Por el otro, esas burbujas inevitablemente  provocan al estallar, crisis financieras.

El salario se ha estancado pese a un fuerte aumento de la productividad, mientras que el déficit comercial ha llegado a nuevos récords. En el sector fabril se han perdido 1,8 millones de empleos. Antes de 1980, el empleo industrial aumentaba durante cada expansión y siempre superaba el máximo anterior. Entre 1980 y 2000, el empleo industrial siguió creciendo durante las expansiones, pero ya no recuperaba el pico previo. Esta vez, de hecho disminuyó durante la expansión, algo sin precedentes.

Pese a las rebajas fiscales enormes del 2001 y al aumento del gasto militar  y de seguridad los EE.UU. atravesaron una prolongada recuperación sin empleo. Por lo tanto, aún cuando se logre eludir la recesión ahora, ¿qué impulsará el crecimiento futuro?

No basta encarar las crisis del día. Las políticas deben también trazar un rumbo estable de largo plazo, lo que implica reconsiderar el paradigma de los últimos 25 años.”

A juzgar por lo que dice Soros, el Wall Street Journal, y Thomas Palley,  las burbujas especulativas sostuvieron la economía estadounidense, fueron una sucesión de ellas y cada una más grande que la anterior.

Las burbujas especulativas son a la economía de una sociedad, lo que al ser humano el consumo y la adicción a la droga; y como tal necesitan seguir aumentando la dosis y achicando los lapsos de tiempo entre una y otra; luego no se puede volver atrás.  Es como una droga calmante para una enfermedad incurable, cuando el enfermo entra en crisis, se le aumenta la dosis o se reemplaza por una más potente, y se le acorta el tiempo entre dosis y dosis. El enfermo se siente mejor, y, hasta a veces, mucho mejor, pero la enfermedad avanzó y ya no puede volver a las dosis y tiempos anteriores; tomará las nuevas dosis hasta la próxima crisis y vuelta a aumentar la dosis o la potencia del calmante. Hasta llegar al límite.

Según Samuelson el aumento de la productividad generó la burbuja, y según Soros, se puede atribuir la burbuja al cortocircuito entre el valor de los activos y el acto de su valoración. ¿Dicen cosas distintas? veamos. Aumento de la productividad es producir más  (más cantidad de productos) con menos trabajo humano. Al reducir la cantidad de trabajo se reduce el valor que se agrega al producto. Y como la ganancia sale del valor que se agrega, la ganancia es más chica; y cuanto más productiva la tecnología y cuanto más rápido hay que renovarla por otra más productiva aún, que a su vez procesa y requiere más materias primas y auxiliares, mayor es la inversión que se hace (valor de los activos) y menor el trabajo (valor) que se agrega al producto. Por lo tanto hay conflicto entre la inversión cada vez más grande y la valorización (de esa inversión) cada vez más chica. La valorización en relación a la inversión, se tritura, tiende a cero, tiende a autodestruirse; cada vez mayor inversión para cada vez menor valor agregado. Se produce el mismo producto con una mínima cantidad de trabajo, el valor que dicho trabajo le dá al producto es cada vez más pequeño, también se tritura, se extingue, se suicida el valor.

Además, el aumento de la productividad eleva la cantidad de producción y por ende requiere crecimiento del consumo en la misma medida. Pero si se eliminó mano de obra, el poder adquisitivo del mercado no crece en la misma medida que la producción. Hace falta crear un poder adquisitivo virtual, fantasioso, especulativo, o sea, lo que llaman una “burbuja”. (Como fue el 1 a 1, y el boom de consumo al principio y que terminó en el “corralito”, el saqueo al país y la  explosión de la miseria). ¿Cómo se crea?, las enormes cantidades de mercaderías que se producen con la actual tecnología, impiden que se vuelquen las ganancias en producir más pues tales cantidades no se lograrían vender; por lo cual el dinero de las ganancias va al circuito especulativo, y al crédito. Es el mundo al revés no es el consumo que requiere el dinero, sino el dinero que requiere el consumo, (para no desvalorizarse, como cualquier mercancía cuya oferta supera a la demanda).       

No sólo que se instaló en forma crónica la sobreproducción, sino que, la velocidad del avance científico y tecnológico, y de la incorporación continua y permanente de esos avances al proceso productivo acrecienta esa sobreproducción cada vez más, y con ello provoca, por un lado, la reducción de los puestos de trabajo, lo que achica el poder adquisitivo y el consumo de las masas y por ende acogota el mercado y agudiza sistemáticamente la competencia por vender; por otro lado, al eliminar trabajo reduce las ganancias y los lugares de inversión rentables. Es por esto que la economía estadounidense vive y se sostiene a fuerza de “burbujas”, o sea de estímulos virtuales, de dosis de drogas cada vez más potentes.Por lo cual son esas condiciones reales las que empujan a tomar el camino de la especulación y no una “especial y particular perversidad” de las personas en la actualidad, o en todo caso, esas condiciones generan y originan esa particular perversidad actual.

Por lo tanto el propio movimiento interno del desarrollo económico del capitalismo se dirige firme e inexorablemente a hacer insignificante, y cada vez más insignificante, la creación de “valor”, la ganancia cada vez más pequeña en relación a una inversión necesaria cada vez mayor para producir todo tipo de artículos y mercaderías. Pero resulta que ese “valor”, esa ganancia, es la razón de ser del capitalismo, sin esa ganancia no puede subsistir el capitalismo como tal.

En una palabra: la competencia capitalista provoca, entre otras cosas, el  desarrollo científico y tecnológico.  Dicha competencia en el capitalismo es permanente,  lo que convierte el desarrollo científico y tecnológico en imparable. Cada avance tecnológico, al hacer más productivo el rendimiento del trabajo, produce mayores cantidades en el mismo tiempo de trabajo, lo que, por un lado,  agudiza a su vez la competencia por vender, obligando a producir más barato que los competidores; por otro lado, al producir más cantidades en el mismo tiempo de trabajo, reduce el valor agregado, la ganancia, en relación a la inversión.  Así la exacerbada competencia acelera incesantemente el desarrollo  tecnológico; y éste a su vez, reduce también incesantemente, la ganancia.

Si la ganancia es la razón de ser del capitalismo, el desarrollo tecnológico tritura, aniquila y destruye la razón de ser del capitalismo: el movimiento de la crisis se dirige a destruir las bases materiales de la existencia del capitalismo.   

Por un lado, los enormes capitales con esa gigantesca capacidad productiva  y especulativa, al chocar entre sí en la competencia, aumentan el volumen, tamaño y cantidad de calamidades y catástrofes (desocupación, hambre,pestes, epidemias, destrucción ecológica, inseguridades de todo tipo, etc.); y el crecimiento continuo de esa capacidad productiva y financiera en búsqueda y persecución de una ganancia que se achica incesantemente, conlleva el crecimiento también acelerado e incesante de todas esas calamidades y el nacimiento de otras nuevas. Por otro lado esa enorme capacidad productiva, que crece aceleradamente, requiere, exige e impone imperiosamente la necesidad de pensar, calcular y ejecutar la producción a escala del mundo entero, como mundo único e indivisible, o el derroche  y despilfarro serán mayúsculos y con ello las calamidades  y catástrofes sociales y ecológicas.  Pensar, calcular y ejecutar la producción a escala del mundo entero, exige planificación racional productiva y económica mundial de acuerdo a las necesidades  de la humanidad. Ya alcanzó ese nivel de desarrollo y no puede volver atrás.

Será así, ¿no se puede volver atrás?, Clarín, 13-4-08, suplemento “iEco”, artículo del “New York Times”: “Pues aunque es probable que los altos ejecutivos financieros de EE.UU., desde las inversoras hasta las oficinas estatales, sigan teniendo todavía visiones más locales que globales, los expertos y los funcionarios reclaman cada vez más que su visión de amplie. EE.UU. está ahora tan interconectado con los mercados del exterior, ya sea Japón o incluso Brasil, que lo que pueda hacer solo ya casi no viene al caso.

“Necesitamos una coordinación global mucho más firme”, dijo Bruce Wasserstein, presidente de Lazard.

Cuando las cosas se ponen mal, las repercusiones no terminan en las fronteras nacionales. Un fondo en Londres puede estar conectado  con otro en Tailandia  y ni siquiera saberlo. ¿Quién habría imaginado que dentistas de Alemania eran dueños de hipotecas con subprime en  Texas? (Lo eran, o mejor dicho, todavía lo son, con una pérdida enorme).

La explosión del uso de instrumentos financieros que equilibran el riesgo de los inversores no ha hecho más que reafirmar las conexiones globales - y hacer que un colapso mundial resulte mucho más fácil de imaginar.

En enero, George Soros, que asistía al Foro Económico Mundial  en Davos, declaró: “Esta no es una crisis normal, es el fin de una era.”

Es esa exigencia de planificación racional productiva y económica a escala mundial lo que puja, presiona y tensiona reclamando una forma de “gobierno mundial de los procesos productivos, de la producción”. Exige planificación racional única a nivel mundial sobre los procesos productivos y económicos, es decir sobre la administración de las cosas, no gobierno sobre las personas. Mientras tanto la violenta, feroz y voraz concentración del capital en pocas manos va en dirección exactamente contraria a esa planificación racional productiva única a nivel mundial, y en su ciega y obsesiva búsqueda de ganancia, la cual se le esfuma entre las manos,  y ante ese evaporarse de la ganancia, intenta retenerla esclavizando a pueblos y a la humanidad entera. Pero, como vimos, no es la libertad de las personas la causa del achicamiento de la ganancia, de la evaporación o el suicidio del valor. Con lo cual no resuelve el problema.

 

B) en lo social

El avance acelerado de los adelantos científicos conducen directamente a un proceso de innovación tecnológica continuo y permanente, lo cual implica continuas y sucesivas inversiones para mantenerse en carrera en el mercado. Las inversiones deben ser cada vez más grandes y más seguidas. Este proceso conduce de lleno e inevitablemente a la concentración del capital y cada vez son menos lo que están en condiciones de continuar la carrera y más los capitalistas desplazados.

Si la concentración del capital en cada vez menos manos, en la producción y venta exige e implica una competencia feroz; y empuja a masas crecientes de capital hacia el circuito financiero en busca de la ganancia, esa misma concentración del capital en el ámbito financiero exige e implica formas más y más violentas, estafas, fraudes y confiscación salvaje.

Las consecuencias sociales de esa violenta e inevitable concentración del capital y la riqueza en cada vez menos manos, son calamitosas, y no sólo en los sectores más humildes, sino también en la llamada “clase media”, y aún en sectores más acomodados. Cada vez son menos los sectores sociales y el número de personas ganadoras en el sistema, y la concentración seguirá achicando su número y marginando sectores de los beneficios.

Así socialmente se van invirtiendo las relaciones de fuerza; acumulando en el polo de los perjudicados, los insatisfechos, los expropiados y explotados a masas cada vez mayores y achicando el número y los sectores satisfechos y defensores del sistema.

 

C) en lo político

Señalemos acá aunque sea algunas de las manifestaciones más evidentes (y graves para el sistema):

* todas las instituciones tanto estatales como privadas, sistema judicial, parlamento, poder ejecutivo, fuerzas de seguridad, organizaciones religiosas, partidos políticos, organizaciones sindicales, cámaras empresarias, etc., debido a la agudizada lucha por la ganancia, son sometidas a grandes presiones y luego involucradas directamente en la pelea por la ganancia. La corrupción pública y privada es sólo la punta del iceberg.

* Ese número creciente de sectores sociales perjudicados presiona y choca contra un sistema institucional que no da respuesta a sus necesidades y problemas, y, al contrario, es visto cada vez más como uno de los factores causante de esos perjuicios. Así el sistema de instituciones oficiales, públicas, privadas, estatales, etc., cuya misión y papel es contener, orientar, encausar la vida de las masas dentro del orden del sistema capitalista, se convierten en uno de los factores que más irritan a esas masas.

Ante las enormes y crecientes dificultades para entrar y ser uno de los ganadores de esa pelea por la ganancia, las formas y métodos de esas peleas violan leyes y normas legales y hasta el sentido común de las masas, y con ello violentan su conciencia (“corralitos”, delitos policiales, corrupción política, judicial, etc.). Estas formas aparecen en la superficie de la sociedad, cada vez más como lo que realmente son: simples robos, delitos, etc. y así son percibidas y sentidas por la aplastante mayoría de la sociedad.

 

3.- ¿En que punto o momento estamos de ese movimiento?

Dejemos hablar a los hechos mismos. En este mismo momento estalló la “burbuja” inmobiliaria en EE.UU. y rápidamente se traslado al mercado de capitales mundial, (en realidad no es que la burbuja se “traslado”, sino que cientos  y miles de capitales de todo el mundo ya  habían invertido en el mercado inmobiliario de EE.UU. en busca de ganancias, y no pocos habían invertido sin saberlo, porque lo habían hecho a través de “fondos de cobertura”, “fondos de inversión”, etc.); veamos que dice uno de los tantos comentarios similares y repetidos, Clarín, 19- 8-07, pág. 30, del economista Ricardo Arriazu: “El mercado de préstamos hipotecarios vio crecer la porción de los denominados créditos “sub-prime” (préstamos a personas que no califican  para operar a través del sistema bancario). La amplia liquidez existente llevó al abandono de las más básicas normas prudenciales  y muchas entidades competían en su afán de expandir su cartera hipotecaria, menospreciando el riesgo.”

Es decir, el problema es que había  mucha plata (“liquidez”) y no se encontraban suficientes lugares de inversión rentables, por lo tanto, se arriesgaba dando créditos sin suficientes garantías. Bien veamos cómo se ‘paleo’ la situación, “El Economista”, 24- 8-07, por Luis Varela (comentarista sobre el movimiento financiero en la Bolsa de Valores): “Tal como dijimos la semana pasada, había valores de liquidación  y se dio el rebote esperado. ¿Por qué fue posible esta recuperación? por dos razones: por un lado aparecieron precios demasiado castigados, pero sin lugar a dudas el foco del rebote fue posible en base a un gigantesco operativo conjunto de los principales bancos centrales del mundo, que le “dieron” a la maquinita de imprimir billetes, asustados para que no se corten las cadenas de pago en los países desarrollados.

¿De qué tamaño fue este auxilio de liquidez? Gigantesco: en apenas tres semanas los emisores de Europa, EE.UU., Canadá, Japón y Australia lanzaron redescuentos a sus sistemas bancarios por nada menos que 470.000 millones de dólares. Semejante suma ya empieza a emparentarse  con el total de créditos “subprime” del mercado hipotecario de EE.UU. que acumula préstamos apalancados por 800.000 millones de dólares.”

Catorce días después el 7-9-07, el mismo autor en la misma publicación dice: “Con una lluvia de redescuentos  y otros grifos de liquidez, los bancos centrales del mundo inundaron de fondos los mercados  y lograron parar la corrida originada por la crisis de las hipotecas en EE.UU.

En total son 660.000 millones  de dólares prestados para planchar cualquier  tipo de desconfianza extra, se anticipa que de continuar el nerviosismo esa cantidad de dinero parecerá una gota de agua  frente a todo lo que se puede llegar a liberar si los problemas siguen.”

Una semana después 14-9-07, el mismo autor en la misma publicación: “La inyección de dinero de los Bancos Centrales del mundo no para. Se están liberando de manera diaria entre 10.000 y 30.000 millones.”

Primero, si la liquidez (exceso de dinero) de antes generó este problema, ahora con toda la plata que se inyecto y se sigue inyectando, dicha liquidez es mucho mayor..., conclusión: se “supera” el problema preparando una bomba mayor para el futuro inmediato

Segundo, ¿A quién se auxilia con ese dinero?, a quienes dieron crédito sin exigir los requisitos necesarios; o sea, no se sanciona a quien obró mal, sino que se lo cubre y se lo socorre. Por lo tanto, se estimula a obrar mal, ¡¡total si la operación fracasa o sale mal, el Estado va a poner la plata!! (para que no se hunda el sistema financiero), Así cuanto más audaz  el estafador, más va a ganar ..., o sea, otra bomba mayor en puerta,

Tercero: ¿Se puede “darle” a la maquinita e imprimir montañas de billetes sin respaldo en la economía real, sin que traiga consecuencias?. Veamos esto:

Clarín, 13-8-07: “La Reserva Federal  (Banco Central) de los EE.UU. mantuvo la semana pasada la tasa de interés en el 5,25 %. El argumento que utilizó para dar ese paso fue que la inflación es hoy más preocupante que una recesión.  Las tasas bajarían sólo si hay muestras de  una merma sostenida en la inflación.

Esta definición ilustra los dos peligros por los que atraviesa la economía norteamericana, procesos que impactan en el mundo en todas direcciones”

Clarín, 17-8-07, pág. 20:”El Secretario del tesoro de  EE.UU., Henry Paulson , dijo ayer  que la turbulencia de los mercados mundiales tendrá un costo para el crecimiento de la economía estadounidense, pero agregó que el sistema financiero y la economía de ese país son fuertes y no se producirá una recesión.

Los comentarios de Paulson se conocieron mientras en los mercados crece la angustia por los problemas que hay en las compañías financieras que otorgaron créditos hipotecarios de alto riesgo (subprime) lo que ha derivado en un reclamo de los inversores y analistas  de una baja en lastasas de la Reserva Federal.

Sin embargo, ayer el presidente de la Reserva Federal de San Luis, William Poole, dijo que “sólo una calamidad” podría justificar una baja de interés en la tasa de referencia de la Fed (Reserva Federal)”

Esto el 17-8-07, pero en Clarín, 18-8-07, pág. 32: “La Reserva Federal (Fed) de EE.UU. dio dos señales: bajo una tasa y avisó que volvería a hacerlo. La Fed sorprendió a los mercados  y de manera inesperada  redujo la tasa de interés que cobra a los bancos que acuden a ella para pedirle ayuda. Además avisó que está dispuesta a intervenir nuevamente para acotar la crisis.

Para los analistas esto implica: * Primero, que la Fed ya aceptó que la  crisis financiera esta golpeando a la economía real.

*segundo, que con el frenazo a la economía que puede producir la crisis se diluyen, al menos un poco, los riesgos inflacionarios, hasta hoy la preocupación principal de la FED.

Ayer hubo alivio. Pero nadie debería apostar a que se termino la crisis.”  

Pisando el borde del precipicio la crisis obliga al Banco Central de EE.UU. a hacer lo que no quería. Y ante un nuevo temblor de los mercados financieros, Clarín, 29- 8-07, pág.18: “Por la tarde se conocieron las “minutas” que redactó el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal  el último 7 de agosto. Allí se decía, por escrito, que pese a los temblores que por entonces  golpeaban a los mercados -por el estallido de la crisis inmobiliaria- la inflación seguirá preocupando  más que la desaceleración económica.”

Como vemos el temor a la inflación no es cuento. Es que, en realidad, no se puede “darle” a la maquinita de imprimir billetes, e inyectar en el mercado, sin respaldo en la economía real, semejantes montos de billetes sin que traiga consecuencias. Esos montos deben ser respaldados por la economía real o tarde o temprano se desata la inflación. Y hace tiempo, y por montos enormes, que EE.UU., Europa, imprimen sin respaldo. La liquidez de la que hablaban ya era sin respaldo, ahora se le suma esto... Es por esto que, a pesar de que la inflación parecería estar bajo control, los bancos centrales siguen diciendo que es el peligro principal. Estos bancos conocen el tamaño de la montaña de billetes sin respaldo lanzados a la circulación y por eso semejante temor ante la inflación.

En una palabra: pensar que hay un respiro en la crisis es caer en un espejismo. Al contrario, es un final abierto, que incluye terapias y contradicciones como la siguiente: Clarín, 7-9-07, pág. 33: “El jefe de la Fed de EE.UU. Ben Bernake, fue muy claro frente a los titulares de los principales bancos centrales del mundo: para EE.UU. la crisis va a continuar y profundizarse en el tiempo. Y dio un dato confidencial: que EE.UU. sólo va a actuar para evitar un sismo financiero internacional, pero no frenará el ajuste y tampoco actuará para impedir que pierdan dinero los bancos que especularon en el mercado.”

Pero en el mismo diario, la misma fecha, 7-9-07, pág. 25: “La Reserva Federal inyecto ayer al mercado 31.250 millones de dólares.

Ayer fue una jornada relativamente tranquila para los mercados locales y del exterior en el marco de una jornada sustentada por la intervención de la Reserva Federal  y del Banco Central Europeo.”

Una de dos:

  • frenan el ajuste socorriendo a los bancos que especularon, financiando una gran estafa a favor de esos banqueros, Clarín, 16- 9-07, pág. 28, del Economista Ricardo Arriazu: “Al intentar salvar al sistema financiero, las autoridades monetarias (bancos centrales) terminan financiando la corrida.”

La “corrida” es la de los ahorristas para sacar sus dineros de los bancos, ¡sólo que el lenguaje de los “economistas” oculta lo esencial: a los que se financia es a los dueños de los bancos no a la “corrida”!

  • no frenan el ajuste... en cuyo caso este ajuste se convierte en el mecanismo para una mayor concentración del capital. Y una vez ejecutado en las alturas financieras, el ajuste y la mayor desigualdad caen en cascada sobre el resto de la economía y la sociedad. Días después ante la baja de las tasas de interés resuelta por la Fed  de EE.UU., Clarín, 19-9-07, pág. 18: “Euforia mundial por el recorte de tasas”

“La decisión de la Fed, que muchos analistas consideran arriesgada y a tono con las exigencias que había planteado  el mercado, apunta a garantizar el crecimiento de la economía estadounidense  al tiempo que busca llevar alivio a los mercados golpeados por el colapso de las hipotecas de alto riesgo.

“Hay una sensación de que el mercado le torció el brazo a la Fed y eso no es bueno”, dijeron fuentes del mercado financiero. Pero admitieron que la decisión de ese organismo “descomprime el escenario internacional”.

Casi 7 meses después: Clarín, 6-4-08, suplemento “iEco”, título: “La madre de todas las burbujas”. “Un informe reciente del Banco de Pagos Internacionales (BPI) reveló cifras sorprendentes acerca del volumen que ha adquirido el mercado de derivados financieros, un fenómeno que está en el corazón de la actual crisis crediticia que sacude a la economía mundial. Según el BPI, que desde su sede en la ciudad suiza de Basilea actúa como el banco central de los bancos centrales, el mercado de derivados se quintuplicó en cinco años -entre 2002  y mediados de 2007- hasta alcanzar los 500 billones  de dólares (500 trillones, en inglés).

Algunos datos para poner esta cifra en perspectiva:

  • El PBI (Producto bruto interno) de EE.UU. totaliza 15 billones de dólares.
  • El PBI mundial es de aproximadamente 50 billones.
  • El valor total de la propiedad inmobiliaria en el mundo se estima en alrededor de 75 billones.
  • El valortotal de las acciones y bonos en circulación en el mundo es de unos 100 billones.

   De modo que los derivados financieros  multiplican por 10 al PBI mundial y quintuplican el valor de los mercados tradicionales  de bonos y acciones.

Este auge exuberante de la liquidez global es lo que inquietaa George Soros,  que esta semana observó en un artículo en el Financial Times que las autoridades de EE.UU. harian bien “prepararse para lo que viene”. “Lo que viene” podría ser el estallido del mercado de derivados, la madre de todas las burbujas financieras, algo que ya ha comenzado a ocurrir.

Paul Krugman no es menos pesimista que Soros. “El colapso del Long Term Capital Market fue considerado un hecho grave  y atemorizante, pero comparado con el actual terremoto, fue un temblor, apenas.”

Como se ve la potencia de las explosiones venideras va in crescendo.

Clarín, supl. “iEco”, 13-4-08, del New York Times:“Justo antes de que J.P. Morgan Chase anunciara su acuerdo para la compra de (banco) Bear Stearns, el mes pasado, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke mantuvo una conferencia telefónica  extraordinaria. Los participantes eran los principales agentes de bolsa  en posición de poder y altos funcionarios del gobierno estadounidense. El objetivo de esa sesión  de media hora un domingo a la noche era conseguir apoyo para Bear Stearns y en líneas más generales para los mercados financieros que, tal como se describió en la conferencia telefonica estaban al borde de una grave conmoción.

“Fue mucho peor de lo que todos creíamos, los mercados estaban al borde  del precipicio, de una verdadera crisis”, dijo un participante. Considerando que Bear tenía contratos comerciales por valor de U$S 2,5 billones con empresas del mundo entero, “hablábamos de la posibilidad de una corrida bancaria mundial”.

Cuando las cosas se ponen mal, las repercusiones no terminan en las fronteras nacionales. Un fondo en Londres puede estar conectado con otro en Tailandia  y ni siquiera saberlo. ¿Quien habría imaginado  que dentistas de Alemania eran dueños  de hipotecas con subprime en Texas? (lo eran, o mejor dicho, todavía lo son- con una pérdida enorme).

La explosión del uso de instrumentos financieros que equilibran el riesgo de los inversores  no ha hecho más que reafirmar  las conexiones globales- y hacer que un colapso mundial resulte mucho más fácil de imaginar.

Por si queda alguna duda respecto a lo interconectado que está realmente el mundo, basta observar lo que estuvo a punto de provocar el colapso de los mercados globales en enero cuando el banco francés Société Générale culpó a Jeróme Kerviel, a quien dio en llamar ‘operador canalla’, pérdidas por U$S  7.100 millones. Los esfuerzos del Société Générale por proteger sus posiciones -antes de anunciarlas públicamente- casi desatan el pánico en el mercado. George Soros que asistía al Foro Económico Mundial en Davos, declaró en ese momento: “Esta no es una crisis normal, es el fin de una era”. A la larga, coincidió que tendrá que haber una regulación mundial de algún tipo. “El sistema Financiero mundial necesita un alguacil global”.

Otra vez el reclamo, que ya hemos tratado, de un gobierno mundial. Y en estos momentos esta en pleno desarrollo una crisis alimentaria mundial (con burbuja de precios incluida), conectada y en gran medida derivada de la crisis financiera global, y hay decenas de artículos de periodistas, economistas, analistas, funcionarios y políticos que tratan el tema.

Como vemos no sólo crece la potencia de las crisis sino su simultaneidad y su coordinación o interconexión mundial. Y no puede ser de otra manera, un sistema como el capitalista que tan grandes desarrollos productivos ha logrado, que no sólo ha creado el mercado mundial sino que ha hecho de ese mercado una unidad tan abigarrada, tan interdependiente, no puede dejar de atraer, enganchar, condicionar el involucramiento de todos los países en las agudas contradicciones del sistema, la invitación y participación de todos los países a sus funerales y los efectos de su colapso.

Por lo demás no es sólo en la economía donde nos paseamos al borde del abismo:   Clarín, 19-7-07: “Japón confirmó que la fuga radioactiva fue más grave.” “Las autoridades japonesas ordenaron ayer el cierre indefinido de la central nuclear de Kashiwazaki, tras revelarse que la fuga del material radioactivo por el terremoto del lunes fue mayor a la anunciado en un principio, y ante el creciente temor internacional en torno al manejo de la energía atómica en Japón. Lo que incrementó las discusiones por una larga lista de problemas en esta instalación atómica, la más grande del mundo en capacidad de producción.”

Se suma al temor sobre el manejo de la energía atómica en Japón, el hecho de que  ¡hay en Japón más de cincuenta (50) centrales atómicas, en un territorio propenso a terremotos!

Clarín, 6-9-07: “Un avión B-52 de la Fuerza Aérea de EE.UU. que transportaba por error cinco ojivas nucleares, voló desde Dakota del Norte a Louisiana con los misiles montados bajo sus alas sin que sus pilotos lo supieran. El error hubiera podido desencadenar un auto ataque nuclear de dimensiones totalmente desconocidas”

¿Qué hubiera pasado de estallar un misil y EE.UU. interpretar que fue atacado?

Clarín, 12-8-07: “13 Años”. “El hombre tiene hasta el 2015, máximo 2020, para disminuir el dióxido de carbono. De lo contrario, el calentamiento será irreversible, según un informe de las Naciones Unidas.”

Clarín, 24-4-08, “The  New York Times” Especial: Europa regresa al carbón y dispara la alarma por el peligro ecológico”. “Un fenómeno con consecuencias imprevisibles. Es el combustible más sucio del planeta. Pero para escapar de los costos del petróleo, los países europeos inaugurarán 50 plantas a carbón en los próximos cinco años. Crece así el riesgo de calentamiento global.”

Ahora podemos contestar la pregunta, ¿en qué punto y momento estamos de ese movimiento?, en el momento de más alto desarrollo de las contradicciones del sistema, de la sucesión de estallidos de crisis, que contienen todos los elementos esenciales de envergadura, extensión, potencia, velocidad de contagio, simultaneidad, para el colapso del sistema capitalista tal como lo conocemos. ¿Quiere decir esto que vamos hacia un sistema superior? Vamos hacia el cambio de las condiciones materiales y sociales, porque este sistema no puede sostener las actuales condiciones.

¿Qué signo tendrá el cambio? eso está abierto, depende de cómo actuemos. Sobre esto sólo podemos agregar que si el desarrollo científico-técnico desarrolla los medios de producción, y con ello empuja la productividad del trabajo y las sucesivas aperturas de las economías, la globalización y hace más férrea la interconexión de las economías, todo eso simplifica y unidireccional las tendencias económicas en los diversos países: la desocupación y los bajos salarios, la flexibilización y precarización laboral, el trabajo en negro, etc., hoy son realidades mundiales. Eso destruye divisiones, muros y aislamientos, y remacha la unidad y homogeneidad de las tendencias y perspectivas mundiales.

Ya las distintas clases obreras nacionales no se encuentran ante cada vez más diferencias de su situación, condiciones, perspectivas y previsiones de futuro, sino al contrario, todo eso tiende a parecerse cada vez más en los distintos países, lo cual crea las condiciones y la posibilidad, pero sólo las condiciones  y posibilidades, de que sus acciones también superen las dispersión de visiones y estrategias. Esto no se puede lograr cuando las condiciones materiales y sociales no van en una misma dirección.

 

- Pariendo una Nueva Sociedad -

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