1) Las empresas descubren el potencial de los drones para sus negocios
Por Jack Nicas, La Nación - Jueves 13 de marzo de 2014 (fragmento)
Después de comprar sus primeros vehículos aéreos no tripulados, conocidos como drones, el topógrafo griego George Papastamos despidió hace dos años a casi todos sus empleados. Ahora, en lugar de un equipo de 12 personas, cumple sus encargos con la ayuda de sólo un dron y un asistente. "Entendí que esto era el futuro", dice Papastamos. Los drones han mejorado sus mapas y reducido sus costos, y también le han permitido conseguir más contratos. "Es mucho, mucho más rentable", señala. Estos aparatos están demostrando su potencial para proveer alternativas más baratas y efectivas a los aviones tripulados -y a mano de obra humana- en industrias como la minería, la construcción y la cinematografía. Papastamos solía gastar hasta 25.000 euros para inspeccionar 15 kilómetros cuadrados, un trabajo que le llevaba entre una y tres semanas dependiendo del terreno. Con un dron puede hacer lo mismo en tres o cuatro días por menos de 5.000 euros.
2) Ya se desató una nueva revolución industrial
Por Jorge Castro, Clarín - Sábado 29 de marzo de 2014 (fragmento)
Ha emergido una nueva "revolución industrial" fundada en la completa digitalización de la manufactura. Los costos de
los equipos de computación caerían 95% en los próximos 20 años y el costo de su almacenamiento se reduciría a una centésima parte, mientras que la capacidad de procesamiento de la información se multiplicaría por un factor de 200.
3) Los robots no piden paritarias: así será el futuro laboral
Por Sebastián Campanario, La Nación - Domingo 2 de marzo de 2014 (fragmento)
No se enferman, no se estresan, no piden bonus a fin de año, no reclaman paritarias plurianuales, no se quejan ni tienen sesgos cognitivos a la hora de tomar decisiones. Cuando se habla de mercados de trabajo, los robots parecen tener más de una ventaja sobre los seres humanos. Un estudio que reavivó la discusión fue "El futuro del trabajo: ¿cuán susceptibles son los empleos de volverse computarizables?", la más completa investigación realizada hasta ahora sobre el tema, publicada recientemente por los economistas ingleses Carl Frey y Michael Osborne, ambos de la Universidad de Oxford. Frey y Osborne analizaron en detalle las principales 702 ocupaciones del mercado laboral de los Estados Unidos y llegaron a una conclusión escalofriante: un 47% de los empleos de la mayor economía del mundo se encuentran en riesgo de ser reemplazados por máquinas en los próximos 20 años. La novedad, señalan Frey y Osborne, es que los progresos en inteligencia artificial están haciendo que muchas actividades que hasta ahora se consideraban indelegables por parte de los seres humanos estén dejando de serlo. "La discusión, hasta no hace mucho tiempo, pasaba por los empleos perdidos en el sector industrial -gracias a la construcción de máquinas sofisticadas- que se iban a puestos de baja remuneración en el sector servicios. O por la desaparición o disminución drástica de actividades como las de los telefonistas, cajeros o ascensoristas. Pero ahora vemos que el campo en riesgo es mucho más amplio", explican los economistas. Farhad Manjoo, columnista de Slate especializado en tecnología dice: "Las máquinas están aprendiendo a desarrollar capacidades que se consideraban exclusivas de los humanos a pasos agigantados. Pueden entender el lenguaje, reconocer rostros, analizar una biopsia y detectar células cancerígenas y hasta resolver una apelación sobre su próxima multa por infracción de manejo." En 2004, se consideraba que fabricar un vehículo que circule en forma autónoma era una tarea imposible. Años después, Google anunció que era una realidad, lo cual pone un enorme signo de interrogación sobre los empleos vinculados al transporte en los próximos años. ¿Qué otras actividades son susceptibles de volverse computarizables? En el trabajo de Frey y Osborne se rankean las 702 ocupaciones y en el extremo de actividades computarizables en el muy corto plazo están los telemarketers, los vendedores de seguros, los trabajadores textiles, los técnicos matemáticos y los reparadores de relojes, entre otros. A los "contadores y auditores" no les va mucho mejor. Los economistas figuran en la posición 282, más en riesgo que los "actores", que se ubican en el puesto 259. Los periodistas aparecen un poco menos reemplazables en el lugar 177. La actividad más difícil de realizar por robots, de las 702 relevadas, es la de "terapistas recreativos". Frey y Osborne señalan también que los trabajadores sin sangre en las venas tienen otra ventaja que frecuentemente se pasa por alto: no están sujetos a "sesgos" o errores cognitivos en actividades que dependen de una buena capacidad de decisión. Un ejemplo bien gráfico: en Israel, Shai Danzinger, de la Universidad Ben Gurion, probó en 2011 que jueces muy experimentados son mucho más generosos en sus sentencias penales cuando vuelven del almuerzo. Esto con C-3PO o Arturito, de La Guerra de las Galaxias, no pasaría.
4) Esa fantasía de atacar la compu con un martillo
Por Thomas L. Friedman, The New York Times - Domingo 23 de febrero de 2014 (fragmento)
Cuando le preguntaron al gran maestro holandés del ajedrez Jan Hein Donner cómo se prepararía para una partida de ajedrez contra una computadora, como Deep Blue, de IBM, Donner respondió: "Llevaría un martillo". Donner no es el único que fantasea con destruir algunos de los últimos avances en software y automatización que no sólo están reemplazando cada vez más rápido a los obreros, sino también a los empleados calificados y hasta a los grandes maestros. En la última década ha ocurrido algo muy, muy impresionante. Se percibe en todos los empleos, fábricas y escuelas. Mi síntesis es que el mundo pasó de "conectado a híperconectado". Brynjolfsson y McAfee, ambos del MIT, ofrecen una explicación más detallada: estamos en los inicios de la Segunda Era de las Máquinas. La Primera Era de las Máquinas, sostienen, fue la Revolución Industrial que nació con el motor a vapor a fines del siglo XVIII. Esa época consistió en "sistemas de potencia para aumentar la fuerza humana", explicó McAfee en una entrevista: "Cada sucesiva invención de esa era produjo más y más potencia. Pero todas exigieron que los humanos tomaran decisiones". Mano de obra y máquinas eran complementarias. Brynjolfsson sostiene que en la Segunda Era de las Máquinas, por el contrario, "estamos comenzando a automatizar muchas más tareas cognitivas, muchos más de los sistemas de controles que determinan para qué utilizar esa potencia. En muchos casos, las máquinas inteligentes de hoy pueden tomar mejores decisiones que los humanos". Si juntamos todos estos avances, dicen los autores, vemos que nuestra generación tendrá más capacidad que nunca para mejorar (o destruir) el mundo, dependiendo de menos gente y más tecnología. Pero también significa que debemos rever nuestros contratos sociales, porque el trabajo es muy importante para la identidad y la dignidad de una persona y la estabilidad de la sociedad.
5) La contaminación del aire causa 7 millones de muertes por año
La Nación - Martes 25 de marzo de 2014 (fragmento)
La contaminación del aire, tanto atmosférico como interior, causó la muerte de unas siete millones de personas en todo el mundo en 2012, por lo que se trata del mayor riesgo ambiental para la salud, informó hoy en Ginebra la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Los riesgos de la contaminación del aire son actualmente mucho más grandes que lo que se creía o entendía hasta ahora, particularmente para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares", indicó la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, Maria Neira.
La primera noticia pone en evidencia no sólo el desplazamiento de la mano de obra humana por la de la máquina (debido a todas sus "ventajas"), sino también que, detrás de esa destrucción del empleo, hay alguien que se está beneficiando conscientemente de ello. Y podemos decir que es lógico que así suceda. ¿Por qué? En primera instancia, porque el negocio de la topografía, como cualquier otro, está sujeto a la competencia. Y en el juego de la competencia, el que no quiere jugar, pierde. En segundo lugar, porque en todos nosotros está arraigado el pensar primero en mí, segundo en mí, y tercero en mí. En la segunda noticia, se refleja el enorme potencial que están alcanzando los sistemas informáticos, tanto en su poder de procesamiento (es decir, en su poder de "pensar" artificialmente) como en la caída de sus costos. Quedémonos con esto en mente mientras analizamos la tercera noticia: el bajo costo y la enorme capacidad para procesar información de los sistemas informáticos no son las únicas ventajas de las que se aprovechan aquellos que, empujados por la competencia, deben quitar su trabajo a un número cada vez mayor de personas. Además, nos da una idea de la magnitud del problema: casi la mitad de los empleos en los Estados Unidos corren riesgo de desaparecer en el corto plazo. Y no sólo se trata de trabajos físicos o repetitivos: también corren riesgo muchísimas profesiones que necesitan cierto nivel de instrucción, es decir, de estudio. La cuarta noticia, en rasgos generales viene a profundizar lo que plantea la tercera. Pero tomemos lo que dice Thomas Friedman en la siguiente línea: "mi síntesis es que el mundo pasó de "conectado a híperconectado"". Sin embargo, acabamos de ver que, dentro y fuera de la competencia, impera el individualismo, esa idea de que sólo importo yo y nadie más. ¿No es acaso una contradicción que, mientras el "mundo" constituye un enorme entramado de relaciones y conexiones, nosotros, las personas, nos empeñemos en aislar nuestros intereses propios de los de toda la sociedad? La lógica en la cual fuimos educados nos enseña que hay dos formas de ver las cosas: o pienso en los demás y me perjudico a mí, o pienso en mí y perjudico a los demás; y nos hace preferir siempre la segunda. Pero evidentemente esa lógica responde a un mundo que se está cayendo a pedazos, en parte empujado por esa misma forma de ver las cosas. La realidad nos ofrece miles de ejemplos de ello. Veamos esto en la quinta y última noticia: 7 millones de personas mueren al año como consecuencia de la contaminación en el aire, que a su vez es consecuencia directa de producir más y más desenfrenadamente buscando ganancias, el beneficio personal en perjuicio de las vidas de los demás. Invitamos a reflexionar sobre lo dicho, y nos preguntamos: ¿qué consecuencias van a traer estas transformaciones en nuestra vida? ¿Y en nuestra forma de relacionarnos con los demás? ¿Podemos seguir sosteniendo el tipo de relaciones que hasta ahora vinimos forjando, o es preciso construir nuevas relaciones, q u e v a y a n d e a c u e r d o a l a s necesidades tanto personales como colectivas? ¿Necesariamente pensar en mí debería perjudicar a los demás, y viceversa? ¿Cómo funcionaría esto en un mundo donde el trabajo escasee y sólo unos pocos puedan acceder a él? TU OPINIÓN NOS INTERESA.
